Esta vez es una iniciativa de los jesuitas, lo que me satisface especialmente por razones que no son del caso, y me confirma en que, digan lo que digan sus detractores, los hijos de san Ignacio, a pesar de las dificultades propias de la época, siguen allí donde el de Loyola quiso que estuvieran siempre: en la vanguardia del quehacer eclesial, en la frontera, asumiendo la enorme dificultad de vivir en esa intemperie en la que la aspereza de las situaciones externas y la desazón de las propias dudas te hacen entender qué es realmente la pobreza evangélica. Les dejo con la noticia:
"Se llama “Casa de la Nueva Luz” (Nobojoyti Niketon) la nueva casa de los Jesuitas inaugurada recientemente al norte de Dacca, capital de Bangladesh, en respuesta al expreso deseo de los obispos católicos locales, y en particular del Arzobispo, para contribuir al crecimiento espiritual y al desarrollo de la población local. Según la información enviada a la Agencia Fides, durante la ceremonia de inauguración participaron cerca de 400 católicos. La Santa Misa fue presidida por el Arzobispo de Dacca, S.E.R Mons. Paulinus Costa, y concelebrada por 10 sacerdotes. El Arzobispo afirmó al respecto: 'El nuevo centro predicará en el país la espiritualidad y los ideales de San Ignacio de Loyola. También organizará conferencias y retiros para sacerdotes y religiosos locales y provenientes del exterior. Será de gran ayuda a la Iglesia y su crecimiento espiritual'. La casa, un edificio de seis pisos, será un centro de consulta especializado, abierto gratuitamente a los creyentes de todo credo, y funcionará también como centro de formación para los candidatos a la vida religiosa. 'Esperamos contribuir al aumento de las vocaciones entre los jóvenes católicos locales', dijo el Padre George Patteri, Superior de los jesuitas de la Provincia de Calcuta".
Me resulta muy gratificante abrir esta ventana indiscreta y poder contemplar a su través iniciativas como ésta que gustoso comparto hoy con mis lectores.
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