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sábado, 26 de febrero de 2011

Laicidad, Islam, Europa: un debate imprescindible

A nadie se le oculta, ni siquiera a los menos necios de nuestros gobernantes, que Europa tiene un problema serio con todos los ciudadanos que viven en el continente desde hace ya muchos años (3ª generación), pero cuya procedencia es de otros países con culturas, costumbres, y sobre todo religiones, ajenas a las asentadas en sus diferentes naciones.
Concretando más, hay que decir que el Islam empieza a descubrirse como, por lo menos, potencialmente peligroso, debido a su indudable vigor y a su nunca disimulada vocación de expansión infiltrante.
En un reciente post aludí a la preocupación manifestada hace unas semanas por el presidente Sarkozy, que, en la mejor tradición de reflexión y debate de la cultura francesa, ha convocado a una discusión abierta sobre el tema del laicismo y la "integración" -más que problemática- de la población musulmana en el marco de la legendaria legislación laica-republicana del país vecino. Aunque es indudable que detrás de este anunciado debate existen razones de posicionamiento político de cara a futuras confrontaciones electorales, no deja de ser ejemplar que desde la cúspide del poder político, se afronte con seriedad lo que, desde luego, no es ningún juego de niños.
Y digo esto porque entre nosotros todo lo referente a esta temática -presencia pública de la religión, laicidad, integración de minorías religiosas, etc.- se suele plantear, esa es mi impresión, con frivolidad, ignorancia y maniqueísmo. Una pena.
He dudado, pero finalmente me he animado a compartir con los lectores de esta Ventana Indiscreta una información que he encontrado en el boletín de la Agencia Zenit, a pesar de su longitud. Creo sinceramente que merece la pena leerla. Después de hacerlo, uno puede situarse mejor en la enmarañada cuestión, y no resulta difícil adivinar sobre qué tendremos qué discutir los españoles en un futuro no lejano si no queremos que nos atropelle el tren que ya ha salido de la estación más próxima. Pasen y lean:

"Francia afronta los problemas de la laicidad y el islam
El partido de Sarkozy organiza un debate nacional sobre estas dos cuestiones

ROMA, viernes 25 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Después de haber afrontado espinosas cuestiones como la llamada “identidad nacional” y el uso del velo musulmán integral en público, el presidente francés Nicolás Sarkozy se prepara nuevamente para meterse en un terreno peligroso, el de la “laicidad” y especialmente el de la compatibilidad del Islam con la República y los valores republicanos.

Su partido, UMP (Unión para el Movimiento Popular) ha organizado para el 5 de abril unaconvention sobre “el ejercicio de los cultos religiosos en la República laica y de modo particular el ejercicio del culto musulmán”.Estas fueron las palabras del secretario general de la formación de derecha, Jean-François Copé (la-Croix.com, 17 de febrero).

Recibiendo el pasado miércoles 16 de febrero a los diputados del UMP, el presidente denunció “la creciente brecha que existe entre los medios de comunicación y la preocupación de los franceses” con respecto a las cuestiones del islam y de la laicidad. “Hemos pagado muy cara la ceguera sobre la inmigración de los años '80. Era un debate tabú. Con la laicidad y el islam sucede lo mismo”, dijo Sarkozy, que ha pedido, para este año, propuestas concretas sobre elementos como el contenido de las predicaciones de los imanes y los lugares de culto musulmanes (Le Figaro, 17 de febrero).

Sarkozy quiere frenar, en particular, el mal visto fenómeno de las reuniones de los musulmanes para rezar en la calle, que fue el caballo de batalla de Marine Le Pen, presidente del Frente Nacional (FN) e hija del fundador del partido de extrema derecha, Jean Marie Le Pen.

“Debemos tener un debate sobre la oración en la calle. En un país laico no deben existir llamadas a la oración en la calle”, continuó Sarkozy. “Es necesario llegar a un corpus ideológico en el 2011”, afirmó Sarkozy ante los diputados del UMP.

La derecha tampoco rechaza la modificación de la ley de 1905 sobre la separación entre el Estado y la Iglesia, que estipula que “la República no reconoce, ni paga ni subvenciona a ningún culto”. Ha sido el secretario de Estado de Vivienda y Urbanismo, Benoît Apparu, el que confirmó la idea de autorizar una financiación pública para los lugares de culto. “Según mi opinión, es necesario facilitar la construcción de mezquitas en nuestro país, aún a costa de que el Estado deba participar”, dijo a Radio Montecarlo y a BFM-TV. De acuerdo con Apparu, si es necesario, se hará una reforma a la normativa.

No todos los exponentes del gobierno del primer ministro François Fillon parecen dispuestos a tocar la “ley símbolo” de la Francia laica. El ministro de Presupuestos y portavoz del gobierno Fillon, François Baroin, dijo en Europe 1 que “en la agenda del gobierno no hay un texto que lleve a una modificación de la ley de 1905 y como responsable político del UMP y encargado del debate no seré favorable a una modificación de la ley de 1905, se abriría la caja de Pandora”.

Sobre este argumento ha opinado también en una entrevista con Le Figaro del 17 de febrero, otra figura clave de la mayoría, el actual ministro de Defensa y fundador del UMP, Alain Juppé. “La ley republicana -dijo- debe ser aplicada en condiciones de igualdad para todos. Ciertamente la diversidad existe. Pero el principio republicano […] es que la ley no puede aceptar las diferenciaciones basadas en criterios religiosos o étnicos”.

“Con respecto a los derechos, es imperativo afirmar que los musulmanes, como los católicos, los judíos, los protestantes y demás, tienen el derecho de poder practicar su culto. Entre los deberes, está el respeto a los valores republicanos y en particular a la igualdad entre hombre y mujer”, añadió Juppé.

Pero el ex primer ministro invita también a la prudencia. “Es necesario conducir y controlar este debate porque se puede desbandar. El islam es la segunda religión de Francia y no es concebible su estigmatización”.

También la ex misnistra de justucia, Rachida Dati, de origen magrebí, ha advertido al respecto. “El debate sobre el Islam, que no supone un problema para mí, es pertinente. Pero es necesario tener cuidado, y es importante decirlo, para no estigmatizar el Islam como religión y no estigmatizar a los musulmanes, que en primer lugar son franceses”, declaró en France 2.

Con palabras similares se expresó también el presidente de la Federación Protestantes de Francia (FPF), el pastor Claude Baty. Como cabeza de la tercera religión del país, confesó que temía “lo peor” y dijo que “tener como objetivo específico las oraciones de los musulmanes en la calle significa estigmatizar una sola religión, y esto es malsano” (AFP, 17 de febrero).

La oposición critica la iniciativa de Sarkozy y del UMP, acusándoles de afán de protagonismo en vista de las citas electorales de 2012 (presidenciales y legislativas) y de querer robarle espacio a la extrema derecha, que desde hace meses está usando el tema en su campaña contra la islamización de Francia. Para el diputado Henri Emmanuelli (PS), Sarkozy se ha quedado atrás. “No ha entendido todavía que con este tipo de iniciativas trabaja para Marine Le Pen”, dijo el ex ministro socialista, invitado en el programa Le Talk-Orange-Le Figaro.

Según Sarkozy, la izquierda se equivoca. “Marine Le Pen propone los problemas pero trabaja poco por las soluciones”, de este modo se defendía de las críticas el inquilino del Elíseo ( Le Figaro, 17 de febrero). Sin embargo queda el hecho de que la extrema derecha crece en los sondeos, robando intención de voto al UMP. Según un reciente sondeo IFOP para el periódicoFrance-Soir, la joven Le Pen (nacida en 1968) subiría al 19-20% en preferencias en la primera vuelta de la presidenciales del 2012, respecto al 22-23% para el presidente Sarkozy, es decir la diferencia entre los dos políticos sería como máximo del 3-4% (Le Parisien, 19 de febrero).

La misma Marine Le Pen pidió al UMP “de nuevo otro pequeño esfuerzo”. “Quiero destacar que cuando el FN está en el 15% en los sondeos, el UMP habla de los problemas”, dijo a Le Point.fr (17 de febrero). “Pero no soy tonta”, continuó, la convención del UMP será solo “blabla”, es decir charla vacía. Para la política “las oraciones en la calle no son la consecuencia de la falta de sitio en los lugares de culto musulmanes. Esto es mentira y es una manipulación”.

La propuesta más drástica fue hecha por el Partido de Izquierda de Jean-Luc Mélenchon, que ha pedido volver al texto original de la ley de 1905, eliminando la modificación realizada en 1942 por Philippe Pétain, jefe del entonces gobierno colaboracionista de Vichy. Mélenchon pidió además la derogación del concordato napoleónico de 1801, que todavía estaba en vigor en la región de Alsacia-Mosella.

Para la diputada del UMP, Arlette Grosskost, la excepción de la Alsacia-Mosella -única región donde la ley de 1905 no se aplica y donde el Estado paga a los ministros de los tres cultos reconocidos (católicos, protestantes y judíos)- funciona muy bien. Incluso, según Grosskost, es hora de incorporar al islam en el régimen concordatario. “El islam es la segunda religión de Francia. Es necesario abrir los ojos, no se volverá atrás”, dijo (Le Parisien, 21 de febrero).

Una cosa está clara: después del la canciller alemana Angela Merkel, en octubre de 2010 y el primer ministro británico, David Cameron, en su discurso pronunciado el 5 de febrero durante la47ª Conferencia sobre Seguridad en Munich, también el presidente Sarkozy rechaza, por tanto, el “multiculturalismo” o lo que de él deriva.

“No queremos una sociedad en la que las comunidades coexisten una al lado de la otra. Cuando se llega a Francia se acepta la incorporación a una sola comunidad, la comunidad nacional”, así afirmó Sarkozy el pasado jueves 10 de febrero, en el canal televisivo TF1. Según un sondeo, publicado en el libro “Les Français face aux inégalités et la justice sociale” (que llegará a las librerías el 9 de marzo), sólo el 20% de los franceses quiere que los inmigrantes “mantengan sus tradiciones particulares”, mientras que el 80% quiere “que se adapten y se amalgamen en la sociedad” (la-Croix.com, 17 de febrero).

La sociedad multicultural y multiétnica fue defendida por tres políticos ecologistas, Esther Benbassa, Noël Mamère e Eva Joly, de Europe Écologie. “La integración y asimilación son movimientos venidos de los alto, autoritarios, que no toman en consideración las realidades humanas”, afirmaron en un foro público publicado el pasado 27 de enero en el periódicoLibération. El trío hacen un llamamiento a favor de lo que llaman “una laicidad racional que reconozca la parte de la pertenencia étnica, cultural, religiosa y lingüística”.

Por Paul De Maeyer. Traducción del italiano por Carmen Álvarez

martes, 22 de febrero de 2011

Cuando sorprende la transparencia

No la conozco personalmente. Una vez tuve ocasión de estrechar su mano en un acto al que asistía y en el que protocolariamente saludó a los presentes. Pero como a tantos y tantos madrileños y españoles, no me deja indiferente. Hablo de Esperanza Aguirre.
Comprendo perfectamente que, en el terreno político, tenga detractores, es decir, personas que discrepan de sus enfoques teóricos y de sus realizaciones prácticas: es legítimo, y más que necesario, imprescindible en la vida ciudadana. Lo que ya no entiendo es el especial odio ideológico con que le obsequian muchos adversarios políticos, sobre todo de izquierda: hablan de ella como si encarnara en su persona todos los monstruos que, para ellos, lleva consigo intrínsecamente el liberalismo, o, como gustan decir, el neoliberalismo, invento semántico que parece decir mucho aunque en realidad no dice nada; es decir, simple tapadera de los que ignoran todo o casi todo sobre el pensamiento liberal.
Ayer, en el curso de una innauguración, anunció que padecía cáncer de mama y que estaría ausente de la actividad política una breve temporada para centrarse en su tratamiento y curación. Todos han alabado su valentía.
Pero lo que más me llama la atención y quiero comentar aquí, es la extraordinaria admiración que ha provocado, no ya su decisión de plantar cara a su dolencia con el mayor coraje -eso lo hacen cada día cientos de mujeres, a las que aprovecho para rendir homenaje- sino el haber optado por comunicarlo públicamente y sin ningún tapujo a todos los ciudadanos.
Y es que estamos tan acostumbrados a la mentira -al menos, a la ocultación de la verdad-; nos parece tan natural el sistemático maquillaje de la realidad, consideramos tan lógico que los dirigentes nos engañen por sistema, que cuando alguien, en este caso un alto cargo de la administración pública, expone con toda sencillez y naturalidad un dato que le afecta personalmente y que va a tener repercusión pública y política, casi nos escandalizamos ante tanta transparencia.
Sin embargo, cada día me resulta más evidente esa sabiduría del viejo -y cada día menos conocido- evangelio, cuando vincula estrechamente verdad y libertad: "la verdad os hará libres". No lo olvidemos: la verdad, no su caricatura.

viernes, 18 de febrero de 2011

Aprender a tomar en serio los problemas esenciales

"El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, lanzará en abril un debate en el seno de su partido para reflexionar sobre el laicismo y el lugar que debe ocupar el islam en la sociedad, un año antes de las elecciones presidenciales de 2012, informa hoy el diario «Le Figaro». «Pagamos muy cara la ceguera de la inmigración en los años ochenta. Era un debate tabú. Con el laicismo y el islam ocurre lo mismo», dijo ayer el jefe del Estado a varios diputados de su partido a quienes recibió en el Palacio del Elíseo".
Copio esta entrada de Infocatólica. Con ella introduce este portal de información religiosa de tendencia más que conservadora una ampliación de esta importante noticia de la que también, y como no podía ser menos, se hace amplio eco el periódico galo La-Croix.
No puedo ocultar la envidia que me produce ver cómo un dirigente de un país de esa Unión Europea a la que pertenece nuestra España, vuela a considerable altura, trayendo a la palestra pública un tema de debate que nuestros indoctos gobernantes pretenden despachar con unos cuantos chascarrillos de barra de bar sobre curas, obispos y papas, o, en el mejor de los casos, con tópicos trasnochados a propósito de algo tan serio y tan complicado como es el concepto de laicidad y sus distorsiones o degeneraciones laicistas.
En el mismo orden de cosas, me ha resultado llamativa la foto que aportan los diarios franceses en la que se ve a Sarkozy departiendo cordialmente con diversos dirigentes religiosos de Francia ante los que planteó su resolución de estudiar a fondo el problema a que se refiere la noticia que estoy comentando. El tema de la religión en nuestras sociedades es, quizás, uno de los de mayor calado con el que éstas deben enfrentarse en este siglo XXI.
¿Es posible hacerlo desde la ignorancia supina, el resentimiento histórico, la confusión y la distorsión de los datos de la historia? Evidentemente, no. Se requieren muchas dosis de sabiduría, de humanismo, de conocimiento histórico y de imparcialidad emocional para abordarlo con garantías de que las conclusiones a que se llegue puedan ser de utilidad para configurar una sociedad mejor, más madura y más reconciliada.
Pues que pase de nosotros el cáliz de la ignorancia, cuando no de la mala fe, que nos ha tocado beber y cuya capacidad tóxica llevamos comprobando más de seis años. Y que los que vengan después aprendan la lección y se pongan desde ahora manos a la obra del estudio y el debate de asunto tan trascendental.

jueves, 3 de febrero de 2011

Revueltas norteafricanas: justificada preocupación

Llevamos unos días desayunándonos con noticias muy preocupantes procedentes del norte de África. No es para menos. Las revueltas, primero en Túnez, y ahora en Egipto, desasosiegan a cualquiera que se tome en serio la enorme peligrosidad que entraña un desequilibrio político-social de unas zonas del mundo (sobre todo Egipto) que, como suele decirse utilizando descripciones tópicas pero certeras, constituyen auténticos polvorines capaces de estallar en cualquier momento.
Quiero reproducir unos datos procedentes de diversos sondeos que dan cuenta del pensamiento social y político de los habitantes de diversos países potencialmente conflictivos. Los he encontrado en el blog de Sandro Magister en L'Espresso, y me han parecido tan interesantes como preocupantes. Espero que sean también de interés de mis lectores:

ROMA, 3 de febrero de 2011 – Buena parte de la población egipcia que en estos días se ha rebelado contra el treintañal régimen de Hosni Mubarak dice que prefiere la democracia a toda otra forma de gobierno.
Pero al mismo tiempo, y en aplastante mayoría, quieren que sea lapidado quien comete adulterio, que se corten las manos a los ladrones y que sean llevados a la muerte quienes abandonan la religión musulmana.
Es lo que resulta de un sondeo, llevado a cabo en Egipto y en otros seis países de mayoría musulmana por el Pew Forum on Religion & Public Life de Washington, número uno en el mundo en lo que se refiere a las investigaciones en este campo: los otros seis países indagados son Turquía, el Líbano, Jordania, Pakistán, Indonesia y Nigeria.

El caso de Egipto está particularmente bajo observación en estos días. Pero también son de gran interés las comparaciones con los otros países.
La democracia, por ejemplo, es considerada la mejor forma de gobierno por el 59% de los egipcios, mientras que en Turquía y en el Líbano recoge consensos todavía mayores, del 76 y del 81% respectivamente.
No obstante, en Egipto, el 22% de la población considera que en algunas circunstancias es preferible un gobierno no-democrático.
Respecto a las relaciones entre política y religión, casi la mitad de los egipcios piensan que el Islam influye ya ahora muy fuerte en la política. Y entre los que lo ven así, el 95% juzga que eso es bueno.
En general, el 85% de los egipcios juzga positiva la influencia del Islam en la política, contra sólo el 2% de respuestas negativas. En el Líbano y en Turquía, por el contrario, los juicios negativos son superiores al 30%.
En un choque entre modernizadores y fundamentalistas, el 59% de los egipcios dice que prefiere a los fundamentalistas, contra el 27% que dice ser partidario de los primeros. En el Líbano y en Turquía, los porcentajes se invierten: el 84% y el 74% respectivamente están con los modernizadores, mientras que con los fundamentalistas se alinean el 15% y el 11% [respectivamente].
Más de la mitad de los egipcios, exactamente el 54%, tanto mujeres como hombres, están a favor de la separación de los sexos en sus lugares de trabajo. Pero en el Líbano y Turquía los que están en contra son el 80% y el 90%.
Al pedirles que expresen su opinión sobre Hamas, Hezbollah, y al-Qaeda, en Egipto se manifiestan a favor de Hamas el 49%, de Hezbollah el 30% y de al-Qaeda el 20%.
Sobre estos juicios influye en parte que sean sunitas o chiítas. Los egipcios son sunitas, como lo es Hamas, mientras que Hezbollah es chiíta.
En todo caso, en Egipto, desde hace algunos años disminuyen los que están a favor de Hezbollah. En el año 2007 eran el 56%, en el 2008 el 54%, en el 2009 el 43% y en el 2010 el 30%.
Por el contrario, están aumentando, pese a ser minoritarios, los que están a favor de los terroristas suicidas. En Egipto, los que los justifican son hoy el 20%, mientras que en el 2009 eran el 15%.
Volviendo a la pena de muerte para quien abandona el Islam, invocada por el 84% de los egipcios, se señala que los que la quieren son hombres y mujeres, ancianos y jóvenes, instruidos y no, sin distinción.
En Jordania, el porcentaje de los que están a favor de la condena de muerte para los apóstatas son directamente el 86%. Sólo en el Líbano y en Turquía son pocos los que están a favor, el 6% y el 5% respectivamente.



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