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viernes, 30 de abril de 2010

"Blandos, abstenerse"

Leo en Zenit.org -una buena página de información eclesial a la que hago un único reproche: espectro de colaboraciones algo estrecho en sus enfoques- que ha tenido lugar en Roma, en la sede de la Universidad de la Santa Croce (Opus Dei), un Congreso internacional con el título "Iglesia y comunicación. Identidad y diálogo".
En él se han abordado estrategias de comunicación, y la presencia de la Iglesia en los medios, sin olvidar los temas-controversia de estas últimas semanas a propósito de los casos de pederastia.
Una de las intervinientes ha sido la doctora en Psicopedagogía y en Teología, profesora en la Universidad de Navarra, la laica alemana Jutta Burggraf.
Todo lo que dicen de su ponencia me ha gustado, aunque algunas de sus afirmaciones sean ya un lugar común en este tipo de reflexiones, y, por tanto, no supongan una novedad especial.
Lo que yo destacaría como especialmente lúcido dentro de su análisis, es la constatación de que, tal como están las cosas en nuestra sociedad dominada por los media, son pocos los buscadores de sentido e interioridad (que los hay, y en mayor abundancia, tal vez, de lo que creemos, añado yo) a los que se les ocurre mirar al cristianismo como una posible opción, y ello por su fama de "no ser más que una rígida institución burocrática, con preceptos y castigos", mientras que también y al mismo tiempo -y esto resulta, creo yo, dramático- no pocos huyen del cristianismo por motivos opuestos: "la predicación cristiana les parece demasiado superficial, muy light, sin fundamento, sin exigencias religiosas".
Estoy de acuerdo: un cristianismo descafeinado es perfectamente inútil en una sociedad también descafeinada. "Blandos, abstenerse", podría ser el eslogan.

jueves, 29 de abril de 2010

La izquierda (progre) española y el Islam

Ya se que el tema es complejo, y por tanto, difícil. Sin embargo, no soy capaz de resistirme a la necesidad de este pequeño desahogo.
Todos estos días, cuando se habla sin parar del tema del velo islamista de una alumna de Pozuelo, cuando se escuchan voces en un sentido u otro -lo que me parece legítimo y enriquecedor- yo vuelvo a mis cogitaciones que me acompañan desde que se fue poniendo "de moda" entre la izquierda (progre) una especie de apoyo al Islam que siempre me resultó chirriante con mi percepción de las posturas de fondo de esa tendencia ideológica sobre la religión. Me explico.
Desde mi adolescencia y primera juventud, he tenido como algo indiscutible que la izquierda, al menos en España, abominaba del catolicismo porque lo encontraba represor, hiperascético, dolorista, inadaptado a una sociedad hedonista, con una comprensión "medieval" (ellos decían judeo-cristiana) de la sexualidad, etc., etc.
Tratando de ser comprensivo, yo pensaba: quizás no les falte cierta razón. Visto desde el exterior y desde una óptica simplista, el catolicismo puede presentar alguno de esos rasgos. Y seguía yo pensando: ¿pues qué les parecerá a todos estos progre-sinistros una religión como el Islam?
Pues ya ven lo que les parece: por lo visto, un bombón, una exquisitez, delicatessen en estado puro...
¿Ignorancia? ¿Cinismo? Ambas cosas casi siempre. En fin, el fruto podrido de muchas de nuestras cobardías.

miércoles, 28 de abril de 2010

Solesmes: gregoriano y Misterio

A pesar de su encanto, no cuesta demasiado dejar Sarlat; tal vez porque gran parte de ese encanto haya que atribuirlo al bullicio de los visitantes que dan vida a lo que, sin ellos, sería probablemente un escenario excesivamente "de postal". A mí, sin embargo, la prisa era porque me apetecía poner rumbo a Solesmes, tantas veces bordeada, y otras tantas esquivada por razones que no son del caso.
Pero no es la primera vez que me ocurre, como probablemente a muchos otros: cuando ya estábamos tocando Solesmes, experimenté una ligera decepción; me costó ver la Abadía, escondida tras unos arbustos algo impertinentes para mi impaciencia. Una vez allí, sin embargo, la pequeña ciudad me ofreció lo que tiene: sobriedad, sencillez, espiritualidad, llamada a penetrar en "otro mundo": un mundo distinto del cotidiano pero no absolutamente heterogéneo a él, y por ello,con capacidad de transfigurar la trivialidad del que vamos soportando cada día.
La Abadía, sin ser arquitectónicamente sublime, tiene el encanto y produce la fascinación de todos los centros en los que durante largos períodos de tiempo (Solesmes está celebrando el jubileo de su milenio), se ha tratado cada día con lo esencial, se ha buscado la verdad, se ha cultivado la belleza, y se ha tratado de servir con sencillez al prójimo con paciencia y tenacidad.
La belleza: en Solesmes la belleza se llama, sobre todo, canto gregoriano.
No me extenderé comentando lo que este canto supone y ofrece; sí quiero decir que la escucha del gregoriano, allí como en cualquier lugar donde esté al servicio de la plegaria, se convierte en una experiencia iniciática, un camino sin retorno que a cada uno le conducirá a lo insospechado de un encuentro más allá del nivel estético; un encuentro con el misterio. Con el misterio del mundo; con el misterio del hombre; con el misterio de los misterios...el Misterio.

martes, 27 de abril de 2010

De Loyola a Solesmes pasando por Sarlat

Leyendo esta mañana la-Croix.com me he acordado de Solesmes. Y, al recordar ese inigualable paraje, no he tenido más remedio que volver a disfrutar mentalmente del viaje que realicé hace un par de años, cuyas etapas más destacadas dan título a este post.
Es un itinerario que recomiendo al que le guste moverse con cierta originalidad al margen de circuitos "empaquetados" que, salvo excepciones, resultan, desde casi todos los puntos de vista, pan para hoy y hambre para mañana.
Empecé en Loyola, lugar cuyo especial embrujo no soy capaz de describir. Siempre que paro allí experimento un ataque de austeridad fecunda, y una conmoción espiritual que me hace reafirmarme en mi convicción de que, eso que los cristianos llamamos conversión, siempre conduce a un plus de humanidad, insospechada en la situación anterior al cambio. Nadie recordaría hoy a Ignacio de Loyola si hubiera permanecido toda su vida afincado en su noble quehacer de caballero y guerreador.
Hacer un alto en la ciudad de Sarlat para partir la distancia hasta Solesmes, resulta ser una opción inteligente. Ni siquiera la ingente cantidad de visitantes que dan colorido y alboroto a sus calles y callejas, logra acabar con la belleza de un conjunto que parecería diseñado para que los fotógrafos hicieran permanentemente su agosto. Ningún problema para comer o cenar; en mi vida he visto tanto restaurante por metro cuadrado, y todos ellos llenos de atractivo.
Y, tras esta pausa algo más "laica" (ojo, de todas formas, a la "catedral de Sarlat), la sorpresa -relativa- de Solesmes. Continuará...

lunes, 26 de abril de 2010

ESCUELA CATÓLICA

Leo hoy lunes 26 en ABC un espléndido artículo de Juan Manuel de Prada con el título de "La tragedia de la Escuela Católica". A partir de un reportaje aparecido el domingo en el mismo periódico que presentaba la escuela católica como "cantera de líderes", reflexiona nuestro articulista sobre la enorme paradoja que acompaña a esta venerable institución "educativa", que él califica de tragedia: es elegida por numerosísimos padres por su prestigio académico (y tal vez, añado yo, por una cierta seguridad psicológica que lleva a pensar que allí "nada malo le enseñarán al chaval"), pero nunca -o casi nunca- porque en ella se enseñe a ser seguidores de Cristo, que es, como todos sabemos, la esencia del catolicismo.
Y así, constata De Prada basándose en el reportaje mencionado, los líderes educados por la EC han resultado ser mayoritariamente dirigentes anticatólicos que además se precian en su actividad pública de combatir, por insanos, los principios básicos del catolicismo.
Hay, a mi juicio, algo de exagerado en la valoración cuantitativa que hace el escritor; pero matizando un tanto los porcentajes, es imposible no darle la razón; a la EC católica le pasa algo muy parecido a lo que les sucede a todas las instituciones confesionales (radios, periódicos, etc.): si acentúan fuertemente su identidad, pueden terminar haciéndose sectarias o, al menos, extremadamente minoritarias; si lo que acentúan es una oferta "en abierto", lo más probable es que pierdan su identidad (y, por tanto, su razón última de ser), y les salga el tiro por la culata: en nuestro caso, una escuela católica cantera de líderes...anticatólicos.
En otro terreno, el caso de una emisora de radio -COPE-, vemos que termina gozando de un pronóstico de futuro muy similar. No querer verlo es aplazar sine die un problema de difícil solución, desde luego, pero que merecería la pena debatir en profundidad con ánimo constructivo.

sábado, 24 de abril de 2010

NO TOCAR, POR FAVOR: ASÍ ES LA ROSA

Hace ya días, leí la propaganda de una nueva película sobre Jesús de Nazaret, dirigida por un compatriota nuestro (¡lagarto, lagarto! siento decirlo) y que lleva por título El Discípulo. No me interesó demasiado el anuncio, lo confieso, porque albergo una seria desconfianza hacia este tipo de películas que pretenden presentar la figura de Jesús, bien dedicándole un piadoso homenaje desde la fe (hoy día, las menos), bien descubriendo "mediterráneos" fascinantes de su personalidad y de su trayectoria, convencidos sus directores de decir una última y provocativa palabra sobre el personaje, llamada a hacer tambalearse los fundamentos de las creencias de los pobres cristianos, tan crédulos ellos. Al enterarme de que en el equipo asesor estaba el profesor A. Piñero, creció algo mi interés. Considero a Piñero un erudito y notable (al menos cuantitativamente) estudioso del Nuevo Testamento, de la figura de Jesús y de la literatura apócrifa; ello me hizo pensar que su asesoría serviría, al menos, para paliar, matizar, o, incluso más probablemente, frenar las arbitrariedades que cabía suponer tentarían al director (lego en la materia) a la hora de "poner su huevo" sobre la peripecia histórica del tan traído y llevado Nazareno.
Por lo que voy leyendo (y viendo en trailers) estrenada ya la "película", la asesoría del profesor y erudito Piñero no ha servido de nada; es más, tengo la impresión de que éste ha podido ceder a complacencias que en el ámbito estrictamente académico no se hubiera permitido frente a profesores que le hubieran exigido fundamentar sus precipitadas licencias.
Y es que poner la figura de Jesús, llena de enigma -y, sobre todo, misterio, sí, digo bien: misterio- en manos de indocumentados, sean creyentes o no, tiene todas las garantías de desembocar en bodrios, llenos de falsa piedad, o de no menos falsa iconoclastia pseudo-atea.
La argumentación que están, director y asesor, ofreciéndonos, es de aurora boreal; reza más o menos así: como del Jesús histórico no sabemos casi nada con certeza, es perfectamente legítimo, y, además, probablemente más acertado "reconstruir" su figura llenando las lagunas que nos dejan los datos con grandes dosis de una imaginación guiada por la sospecha. Por ejemplo: como resulta muy extraño que nuestro personaje no aparezca casado, pues nada, vamos nosotros y le casamos con quien parezca más verosímil. Otra genial intuición: como efectivamente -y aquí hay que aceptar los datos del evangelio- probabilísimamente acudió a bodas, presentémoslo con la cogorza correspondiente a tan venturosa celebración, en vez de esas chiquilladas de milagros que convierten el agua en vino. Y así por el orden.
Pues con su pan se coman a este desfigurado y manipulado Jesús. Yo prefiero el de siempre, porque, aun en el caso de que me lo hubieran transmitido manipulado, la manipulación se ha mostrado de una nobleza y una belleza que los veinte siglos transcurridos no parecen tiempo suficinete para lo que se merece.

jueves, 22 de abril de 2010

SANA ENVIDIA

Leo en la-Croix.com (ávido de un tratamiento del fenómeno religioso y eclesial por lo menos digno, confieso que he terminado suscribiéndome al diario francés ante el "riquísimo"panorama nacional) que Virginie Ledoyen, mujer destacada en el mundo de la cinematografía, ha dedicado su primer documental a indagar en el misterio de la vocación. Durante un mes, ha seguido, de la mañana a la noche, la vida de Máximo (34 años) doctor en en Historia del arte, Bernardo (28) de origen rumano y pasado existencial caótico, y Felipe (24) antiguo Boy Scout. Por lo visto, la cámara va escrutando estas vidas, sus motivaciones, sus luchas y sus dudas con un enorme respeto, hasta lograr, al final, establecer un diálogo intenso y cercano. Virginie Ledoyer reconoce, sin renegar en ningún momento de su ateísmo, un cambio: en ella ha llegado a producirse una cierta admiración. "Para mí, confiesa, la Iglesia era algo siniestro...He descubierto que está viva y compuesta por hombres inteligentes y buenos".
Además de alegrarme enormemente esta información, no les extrañará que haya surgido en mí un cierto sentimiento de envidia: ¿porqué, entre nosotros parecería más que imposible la existencia de cineastas ateos tan cercanos y sinceros con las vidas religiosas y las realizaciones vitales dentro de la Iglesia?

miércoles, 21 de abril de 2010

FALSOS PROFETAS

Me da mucha tristeza decirlo, pero, aunque ellos probablemente no se lo creerán, uno también tiene su conciencia. Y la conciencia con frecuencia exige denunciar a los que se pasan el día denunciando en nombre del verdadero profetismo y de la puridad evangélica. Repito: me da mucha tristeza tener que decir que las dos perlas que vienen a continuación (extractos benevolentes de sendos escritos todavía más delirantes), son dos manifestaciones (por enésima vez) de lo que podemos llamar "falsa profecía", en términos vulgares: camelo con ínfulas y cobertura religioso-evangélica.

De manera que, según JM. Castillo, a la iglesia no le interesa un pimiento la crisis económica frente a la que se muestra pasiva; lo que realmente le preocupa es ella misma aunque tan nefasta y egoísta preocupación suponga el olvido de las víctimas. Nada más lógico, siendo así las cosas, que pedir o exigir la dimisión de este papa por viejo y por incompetente para que elijan cuanto antes a otro más joven y con otra mentalidad teológica (indudablemente, Castillo está pensando en algún alumno suyo especialmente aventajado. Falso profeta infectado hasta el tuétano por el virus de la ideología, dios tiránico que no perdona ni a los mejor dotados intelectualmente.

La segunda perla, procedente de esa Asociación de Teólogos y teólogas (¡qué pesadez!) Juan XXIII, además de padecer idéntica infección del virus de la falsa profecía trufada de ideología caducada, cae descaradamente en lo grotesco adoptando el manido lenguaje reivindicativo de políticos y sindicatos que nadie en sus ano juicio toma ya en serio.

Pues aquí los tenemos, amigos; como suele decirse, con amigos como estos, la iglesia no necesita enemigos. Pero es triste, muy triste tener que asistir, en momentos de tanta aspereza religiosa, cuando parecería que Dios se aleja lentamente del mundo dejándonos muertos de frío y de nostalgia, tener que asistir, digo, al espectáculo de unos "teólogos" (y teólogas -¡qué pesadez!-) cuya máxima preocupación es pedir la dimisión del papa por viejo y por inútil exigiéndole, además, que antes de irse pida perdón por encubrir a pederastas y por no haber sabido gobernar la iglesia aplicando el plan de reformas diseñado sabiamente por su mentor Hans Küng.

Aunque quizás fuera mejor arrastrar con el ratón estos exabruptos a la carpeta "Humor del bueno y, sobre todo, del malo".

Primera perla:

"Hay un motivo que no podemos callar en este momento: la crisis económica y política mundial está agravando la situación desesperada de más de mil millones de seres humanos que se ven abocados a una muerte cada día más cruel y más cercana. Así las cosas, seguramente el mayor escándalo de la Iglesia, en este momento, es su pasividad, no a la hora de hablar, sino a la hora de actuar ante los poderes económicos y políticos para que se ponga remedio a este estado de cosas. La Iglesia da la impresión de estar más preocupada por ella misma y por su propio prestigio que por el sufrimiento de tantas criaturas indefensas y excluidas. Es urgente que la Iglesia afronte este problema, antes que nada, replanteando su teología, para que ésta no siga callándose ante la cruel situación de sufrimiento extremo en que vive nuestro mundo.

Por último, dada la situación excepcional en que se ve la Iglesia católica en este momento, no parece fuera de lugar pedir que el papa Benedicto XVI dimita de su cargo y deje paso a un hombre más joven que, desde otra mentalidad teológica, gestione lo antes posible la convocatoria de un concilio ecuménico o, al menos, la celebración de sínodos regionales o nacionales, en orden a buscar caminos de solución a la presente crisis eclesial." José Mª Castillo en Religión Digital.

Segunda perla:

"8. Como demostración del cambio de actitud de la Iglesia católica, consideramos necesaria la petición pública de perdón del papa por el encubrimiento y complicidad del Vaticano, así como de no pocos episcopados, en los casos de abusos sexuales en los que están implicados obispos, sacerdotes y religiosos.

9. Pedimos que se derogen de manera inmediata cuantos decretos del Papa y de la Curia Romana han impuesto silencio durante décadas en los casos de abusos sexuales a menores y han impedido poner dichos casos en manos de la justicia.

10. Nos parece que el pontificado de Benedicto XVI está agotado y que el papa no tiene la edad ni la mentalidad para responder adecuadamente a los graves y urgentes problemas que hoy tiene que afrontar la Iglesia católica. Pedimos por ello, con el debido respeto a la persona del papa, que presente la dimisión de su cargo." Asociación de teólogos y teólogas (¡qué pesadez!: la protesta es mía) Juan XXIII

martes, 20 de abril de 2010

Paris: sus librerías

Además de ir a Misa, tal y como contaba el otro día, en Paris he dedicado bastantes horas a ir a librerías. No a las grandes librerías, digamos, de temática general, que también; me refiero a librerías especializadas en materia teológica, entre las que sigue destacando LA PROCURE, en Rue Meziers muy cerca de la iglesia -gigantesca, y que a mí nunca me ha entusiasmado- de San Sulpicio.
Un buen amigo mío que conoce Paris mucho mejor que yo porque allí ha vivido ampliando estudios durante un par de años, me dio un susto la víspera de irme asegurándome que la habían quitado. Imposible, le dije; me mandan periódicamente sus boletines al correo-e, y tienen una especie de blog de novedades que te pone al día con bastante comodidad. Él insistió: si no la han quitado, algo ha pasado con ella...la han reducido, en fin. Pude comprobar en vivo y en directo que La Procure sigue donde siempre, con una oferta de libros desbordante -con especial esmero, como he dicho, en los títulos de teología, filosofía, humanidades, y arte- y tengo para mí que las noticias de mi amigo, evidentemente no ciertas, podían, sin embargo, aludir a posibles problemas de tipo empresarial que, sinceramente, me traen sin cuidado.
Después de recorrer los mostradores y frenar una y otra vez mis pulsiones de comprador empedernido, salí dejándome algunos euros en la caja, y con una misma reflexión en el magín: aunque en un Madrid, por ejemplo, hemos avanzado no poco en librerías especializadas, cuánto nos queda todavía por andar para estar a la altura de la oferta de Paris, al menos en lo que a libros de esta materia se refiere. Sin embargo, es justo rendir homenaje a la red de librerías San Pablo (y Paulinas) que hacen una oferta más que digna (conozco Madrid y Sevilla), aunque -que me perdonen- con un estilo todavía un "pelín" casero, quiero decir: algo provinciano, o, si prefieren, poco internacional.

sábado, 17 de abril de 2010

Se hunde la COPE

Eso es lo que nos están diciendo desde hace un par de días, con poca disimulada fruición, sobre todo los que tienen algo que ver con ese presunto hundimiento, es decir, quienes fueron despedidos de la empresa por resultar ya insostenible su permanencia dentro de ella habida cuenta del cripto-motín que existía en no pocos círculos y ambientes cualificados de católicos españoles (sobre todo, digámoslo claro, clérigos de todo rango) ; como es natural, también los muchos fans de los defenestrados -entre los que los católicos se cuentan también por miles- se frotan las manos diciendo a todo el que quiera oir: "¡lo advertimos!". Y efectivamente, no había que ser ningún vidente superdotado para intuir que si de la emisora de la C.E. salían los líderes de comunicación, al estar meridianamente claro que no tenían, por lo menos de momento, repuesto equivalente, la emisora se resentiría en pocos meses. Debo decir que a mí el descalabro, siendo notable me ha parecido menor de lo que cabía esperar.
Lo que me interesa comentar ahora ante los restos del naufragio es que el asunto de fondo no tiene remedio. Me explico. El mundo de la comunicación se ha convertido, guste o no, en un universo de complicación casi parecida al universo de verdad: en él hay estrellas, constelaciones, galaxias, agujeros negros, enanas(os) marrones, materia negra, etc., etc. El que quiera entrar en este universo -naturalmente, todos tienen derecho a intentarlo por lo menos- sólo puede hacerlo siendo consciente de su brutal complejidad. Pretender situarse en él seráficamente, a buen recaudo de explosiones y desplazamientos, de aceleraciones y retracciones, o es tonto, o es perverso. En ambas hipótesis le espera un final poco feliz.
¿Es muy hermoso que la Iglesia tenga un medio de comunicación propio? Sin duda. ¿Es posible que lo tenga al margen de la convulsiones de ese universo de la comunicación? No; rotundamente no. Se pongan como se pongan. Si quieres que te oigan (en el caso de una radio; que te lean cuando de un periódico se trate) tienes que ser competitivo, estar a la que salta, entrar al toma y daca dialéctico, no dejarte pisar, dar primero para dar dos veces, etc. ¿Y el evangelio? ¿Y el ideario cristiano? ¿Y el anuncio de la fe? Pues ahí está el problema sencillamente insoluble, porque, o se acepta un cierto posibilismo, y entonces llegan, antes o después, las colisiones con los ideales, o se opta por la radicalidad insobornable de los principios, y entonces -no nos engañemos- tenemos que hacer medios plenamente confesionales, seguidos casi en exclusiva por adictos y convencidos. Los híbridos no existen, y, de existir, no funcionan. A los tibios los vomitará Dios.
Buen momento el del hundimiento de la COPE para pensar en los problemas de fondo y remontar el vuelo tratando de superar lo anecdótico.

Cardenal Castrillón, el recomendado

El cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos está estos días en la picota informativa, a propósito, por lo visto, de una felicitación que mandó a un obispo, creo que francés, que había ocultado a la autoridad judicial un caso de pederastia de un sacerdote de su diócesis. Castrillón elogiaba -siguiendo en eso un lamentable patrón bastante habitual entonces- que el obispo francés hubiera evitado a la iglesia un escándalo, mostrando, al mismo tiempo, al infame sacerdote, su rostro misericordioso y su llamamiento al arrepentimiento y al perdón.
No me interesa entrar en este post en el asunto de la gestión de los casos de pederastia hace diez, veinte o más años por parte de los eclesiásticos. Ya insinué en otra ocasión que, en términos generales, fue muy desafortunada por desenfoques de fondo y por un palurdismo muy imperante, por desgracia, entre los obispos católicos. Lo que sí me interesa es resaltar la figura del cardenal Castrillón: siempre me pareció una mediocridad, por no decir una nulidad. Su ascenso a dirigir nada menos que la S.C. del Clero en la Curia romana la entendí como una concesión a la "cuota" necesaria para la internacionalización de la Curia (de esto tal vez habría que hablar en otra ocasión). Pero lo más relevante, a mi juicio, es que allá por los años 90 (finales), cuando el pontificado de JPII ya iba siendo prolongado y sus achaques permitían conjeturar a medio plazo su sucesión, el inefable escritor y premio nobel -compatriota del cardenal Castrillón- Gabriel Gcía. Márquez se despachó en una larguísima entrevista publicada en El País (varias páginas, lo recuerdo perfectamente) postulando a su paisano para sucesor de JPII y futuro papa de toda la IC. Tan extraña recomendación, viniendo de quien venía, llegó a parecerme un regalo envenenado, es decir, un intento de quemar su posible candidatura. Han pasado muchos años, y hoy tiendo a pensar que la recomendación de García Márquez era tan sincera como frívola; tan cínica como descomprometida. Y es que se puede ser buen escritor y desvariar a placer en asuntos que están más allá del mundo virtual de la ficción. Por su parte, Castrillón, en toda su actuación, posterior, incluso, a su jubilación, está demostrando fehacientemente que, afortunadamente, la Iglesia está en manos del Espíritu Santo aunque a Él todavía no le hayan concedido ningún Nobel.

¿Sólo en USA?

Durante la campaña (larguísima) electoral para la presidencia de USA cuyo desenlace todos conocemos (¿empezamos a padecer?) por eso de la mundialización galopante, conocí, en el marco del periódico digital libertaddigital.com (para mí, hoy por hoy, de obligado seguimiento, se acepten o no sus enfoques), a un comentarista afincado en Usa que tenía, a mi juicio, de entrada, dos virtudes: conocía perfectamente el mundo sociopolítico norteamericano, y decía lo que pensaba aunque sonara políticamente incorrecto, y hasta escandaloso, a los oidos del pensamiento dominante en nuestra España que en cuestiones USITAS suele mostrarse como especialmente ignorante y, por tanto, osado. Alberto Acereda, que así se llama el comentarista al que me refiero, me ilustró entonces sobre muchos aspectos de la política norteamericana, me ayudó a desmontar mitologías, me resultó, alguna vez, provocador, y me proporcionó la ocasión -tan placentera- de disentir con respecto a alguna de sus afirmaciones. Pues bien, como Alberto Aceredo empezó a ofrecer su blog por correo electrónico, yo me suscribí a él, y puntualmente recibo en mi buzón sus excelentes y siempre instructivos comentarios. Mira por dónde, hoy mismo me he topado con un comentario suyo sobre el catolicismo americano que ofrezco íntegro a mis lectores. En principio, estoy de acuerdo en todo lo que dice; debo añadir, sin embargo, que el catolicismo de allí, como el de aquí es mucho más que el de sus (o nuestros) políticos. Y este es un tema mayor que algún día habrá que abordar: hasta qué punto la exigida -y hasta cierto punto exigible- obediencia política (de partido, de imagen, de votos) puede ser compatible con esa Obediencia radical que alcanza a las "entrañas" que exige la Palabra de Dios. Otro día, pues, habrá que ocuparse de esto. Mientras tanto, disfruten del último post de Alberto Acereda:

"La Iglesia Católica está siendo últimamente objeto de múltiples ataques, sobre todo contra el Papa Benedicto XVI. En Estados Unidos no iba a ser menos, en especial por parte del conglomerado de izquierdas que hoy controla buena parte de los medios de comunicación y la cultura popular. La Iglesia Católica en este país reúne a una cuarta parte de la población y tiene históricamente una raíz más anglosajona, particularmente irlandesa, que hispana. En la política, los congresistas que se definen como “católicos” forman hoy la base mayoritaria, con casi una tercera parte del Congreso de los Estados Unidos. Sin embargo, cabe aclarar que se trata de políticos afiliados mayoritariamente al Partido Demócrata y que profesan una suerte de falso catolicismo de cafetería, católicos sólo de nombre, lejos de las enseñanzas y la doctrina de la Iglesia.

Sin pretender lanzar ninguna piedra contra la institución religiosa que, a mi juicio, más ha hecho en la historia por el avance y el bienestar de la humanidad, sí resulta necesario llamar la atención sobre la importancia de ordenar la casa católica desde dentro. La Iglesia Católica de Estados Unidos no puede seguir mirando para otro lado ante situaciones como las que estamos viviendo desde hace tiempo en este país. Y no nos referimos aquí al ya de por sí vergonzoso y prolijamente comentado asunto de la pederastia, sino al del inexcusable pase que la Iglesia Católica sigue dando a muchos políticos y aun a miembros de su propia Iglesia sobre temas concretos que se contradicen con las bases fundamentales del catolicismo. El asunto no se limita a un único partido, pero es en el seno del Partido Demócrata donde más abundan esos católicos sólo de nombre. No vale aquí esconderse bajo la excusa de la separación de la Iglesia y el Estado porque aunque tal separación existiese textualmente en la Constitución de Estados Unidos –que no es el caso–, dentro del catolicismo sí hay una obligación a cumplir con los dogmas de la Iglesia.

En mayo de 2008, el entonces Senador Barack Obama formó un Consejo Nacional Católico para su asesoramiento. Se trataba de otra estrategia de mercadotecnia porque a Obama le importaba poco, igual que ahora, el dogma católico al decir de sus posiciones en materia abortista. De los veintiséis miembros de aquel consejo, ni uno sólo de ellos seguía la posición de la Iglesia Católica en temas como el aborto, la investigación con células de embriones humanos, el matrimonio o la educación religiosa. Prueba de ello es que los integrantes de dicho consejo tenían todos la máxima aprobación por parte de NARAL, la mayor organización pro-abortista en Estados Unidos. En dicha lista de asesores “católicos” de Obama destacaban políticos demócratas de inalterable voto a favor del aborto. Así, Kathleen Sebelius, Chris Dodd, Ted Kennedy, John Kerry, Patrick Leahy… En la lista aparecía también el nombre de un sacerdote “católico” llamado Michael Pfleger.

Este padre Pfleger dirigía y dirige la iglesia de Santa Sabina en Chicago y es, como muestran sus sermones grabados en vídeo, una figura polémica por varias razones. Aparte de atacar a Hillary Clinton, por entonces contrincante de Obama, Pfleger apoyó toda la agenda pro-abortista de Obama, incluido el infanticidio por el que el hoy presidente votó a favor en sus años de senador en Illinois. Pfleger, además, es un reconocido aliado del pastor racista Jeremiah Wright (quien casó a Obama y a quien tuvo en su parroquia de Chicago durante dos décadas mientras insultaba a Estados Unidos y a Occidente). Pfleger es, además, amigo del antisemita racista de la “nación del islam”, Louis Farrakahn y de la izquierda más radicalmente anticatólica, antiamericana y antioccidental.

El lector interesado podrá buscar más información de este Michael Pfleger y sus incendiarios sermones recogidos en vídeos y que nada tienen de católicos. Podrán ver cómo Pfleger se unió al propio Jeremiah Wright para lanzar todo tipo de ataques racistas desde el púlpito de la Trinity United en Chicago. Verán cómo Pfleger apoyó la violencia en su propio barrio contra quienes tenían tiendas de armas, o cómo afirmó que “América es el gran pecado contra Dios”. Que Obama contara con él como asesor, tal como lo hizo en su día con Wright o con dinamiteros como Bill Ayers, no deja de sorprender. Pero lo que sorprende más todavía es que ahora un cardenal católico norteamericano, el arzobispo de Chicago, Francis George, premie públicamente a este Michael Pfleger.

Este pasado 7 de abril, y en honor a su supuesta labor a favor de la comunidad católica negra en Chicago, Pfleiger fue premiado públicamente por la archidiócesis de Chicago. Varias asociaciones católicas estadounidenses han pedido ya al cardenal George que retire su premio. Más chocante resulta que este cardenal George sea desde 2007 el presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (USCCB). El propio Cardenal George ya tuvo que apartar a Pfleiger dos semanas de su cargo en junio de 2008, pero aceptó restituirlo en su cargo. Si el cardenal George tiene la obligación de actuar como auténtico sucesor de los apóstoles, su mensaje para los católicos sólo de nombre como Pfleger y los políticos pseudo-católicos no debería ser un premio, sino proclamar el derecho a la vida y la falsía del racismo, así como la necesidad de asear una casa católica que está siendo arruinada por intereses particulares, pederastas, activistas disfrazados de sacerdotes y politiquillos enriquecidos."

viernes, 16 de abril de 2010

La verdad termina abriéndose paso (en la RED)

Transcribo este post leído en uno de los mejores blogs sobre la iglesia (si no el mejor) desde el punto de vista informativo: "La Iglesia en la prensa":

"He dedicado unas buenas horas durante los días de Semana Santa y Pascua a leer con más detenimiento todo lo que ha escrito en el último mes The New York Times sobre los abusos sexuales cometidos por sacerdotes. El primer dato que llama la atención es la cantidad de textos que han dedicado al asunto: más de setenta en menos de treinta días, y algunos más bien largos; en dos ocasiones, que yo recuerde, en primer página. El segundo dato que aparece con claridad es que el objetivo de las acusaciones es Benedicto XVI, con insinuaciones sobre su presunta responsabilidad presentes -machaconamente- en todos los textos. Esa es la gran diferencia de esta oleada de informaciones con respecto a las anteriores.
El propósito inmediato de esta lectura detenida -un poco deprimente, la verdad- es la preparación de un “paper” para un congreso sobre comunicación de la Iglesia que se celebrará en Roma dentro de veinte días. Y es que me parece obvio que este bombardeo del New York Times ha jugado un papel esencial en la creación del “frame” que domina ahora mismo en la prensa internacional (con algunas excepciones) sobre este tema: que el Papa actual ha encubierto a culpables, tanto en su etapa como arzobispo de Munich como cuando fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Ese marco interpretativo ha sido construido, en buena parte, con medias verdades. No voy a detenerme ahora, pero de la lectura atenta resulta todavía más evidente que el caso más clamoroso presentado por The NYT para comprometer al entonces cardenal Ratzinger, el del sacerdote Murphy, de Milwaukee, se está demostrado cada vez más un “boomerang” para el diario, con errores muy gordos, incluso de traducción de los documentos. Pero ya se sabe que la rectificación, las puntualizaciones y demás detalles no llegan con tanta facilidad al gran público, que suele quedarse con la idea inicial.
Me parece, sin embargo, que es aquí donde se está manifestando de nuevo la fuerza de la Red, con innumerables blogs dedicados al tema, capaz de hacer llegar la verdad completa a un público de gente interesada en conocer cómo están verdaderamente las cosas. El desafío es saber si también aquí David vencerá a Goliat, si se conseguirá dar la vuelta a la visión profundamente injusta sobre el papel del Papa que hoy prevalece en los medios tradicionales."

Con bloggers como el responsable de éste: sereno, bien informado, con excelente criterio, constante, y siempre al margen de cotilleos, centrado en lo esencial, ortro gallo nos cantaría a los católicos en los asuntos polémicos en los que nos las suelen dar todas en el mismo carrillo, y no porque "ellos" sean malos (que con frecuencia lo son), sino porque nosotros somos (casi siempre) memos.

El Papa cumple años y Hans Küng le "felicita"

El Papa BXVI cumple me parece que 84 años, y como su elección fue a los pocos días, el domingo o el lunes volverá a cumplir años, esta vez cinco, como obispo de Roma y pastor universal de la I.C. Como es natural todos estos días estarán llegando a su escritorio multitud de mensajes de felicitación. Más importante me parece que también estén llegando al despacho del Espíritu Santo millones de felicitaciones en forma de plegaria. No digo nada nuevo si afirmo que no lo tiene fácil. Y muchas veces pienso que podría haber enfocado su servicio como papa de una forma, digamos, más ahorrativa de disgustos y preocupaciones: bastaría con que hubiera prolongado con ciertos retoques el legado de JPII y se hubiera dedicado a predicar (cosa que hace como nadie), añadiendo como nota original ese par de libros sobre Jesús y las encíclicas, para que la mayor parte de los católicos hubieran comprendido que era un papa de transición que no quería complicarse ni complicarle a la Iglesia la vida a la espera del próximo sobre el que las quinielas y las apuestas resultarían más apasionantes que nunca. Pero no. BXVI ha cumplido con su obligación (la hipótesis anterior que he descrito le hubiera convertido en un mal papa y un pésimo cristiano), y con su estilo de tanta o más personalidad que el de JPII se ha dedicado a afrontar los problemas de la Iglesia, eso sí, tal como él los ve. Y no de la Iglesia de hoy o de pasado mañana, sino de la Iglesia de un futuro algo más distante. Si es verdad esto que digo, BXVI pasará a la historia como un papa con visión de futuro, como un pastor de altos vuelos históricos, y esto aun en el caso de que su "visión" terminara resultando equivocada.
Pues bien, a Hans Küng este papa no le gusta. Me precio de haber leido prácticamente toda la producción teológica de HK; y no me cuesta nada decir que en su conjunto me ha interesado mucho y me ha gustado notablemente. Hay, sin embargo, en el teólogo de Tubinga un no se qué de altanería, de prepotencia intelectual que, cuando la aplica -y lo hace cada día más- a los asuntos de la marcha y reforma de la Iglesia, le convierten en un tipo impertinente, lo cual no tiene por qué descalificar todo lo que dice y propone. Es una cuestión de "estilo cristiano": hay gente que desprende olor cristiano, evangélico, aunque luego su práctica del cristianismo y su enfoque de la fe disten de ser universalizables; y lo contrario también es cierto. A mi juicio, eso le pasa a Küng: lo que dice suele resultarme asumible, al menos como punto de partida para el debate; pero la arrogancia con que presenta sus reflexiones y propuestas me cansan infinitamente. Ahora y supongo que como tarjeta de felicitación, no se le ha ocurrido otra cosa que publicar una soflama dirigida a todos los obispos invitándoles a una auténtica rebelión contra el papa Ratzinger del que ya no se puede esperar nada porque -no se lo pierdan- ha desaprovechado todas y cada una de las oportunidades que tenía de haber reformado la Iglesia, naturalmente tal y como Küng cree debería reformarse. No se pierdan la carta. Y o la he leido en Rumors de Ángeles, blog prinipal de los contenidos en Religión Digital, página que me rece la pena conocer y frecuentar por su pluralidad, y por lo provocativas de algunas de sus entradas.

miércoles, 14 de abril de 2010

pederastia; cabos sueltos

El asunto de la pederastia de sacerdotes católicos se está convirtiendo en un verdadero calvario para los católicos en general y, ojalá también, para todos los cristianos y gente de buena voluntad. Efectivamente, no veo porqué una situación tan triste y bochornosa sólo debiera hacer sufrir a los católicos: en el fondo, creo yo, a todos nos interpela lo que en última instancia es un enigma del ser humano: cómo explicar esos comportamientos abyectos, qué extraños mecanismos hacen que pulsiones psíquicas repugnantes se hagan fuertes en algunas personas y les lleven a comportamientos, normalmente reiterados, que les hunden en una miseria moral muy difícil de superar.
Cuando digo en el título de este post "cabos sueltos", me refiero a cuestiones que, a mi modo de ver, no suelen salir en los comentarios y reportajes, al menos en los que acostumbro a leer con interés prácticamente a diario. Por ejemplo, a propósito del asunto de la denuncia a la autoridad civil y judicial: es evidente que el obispo, o la autoridad eclesial que sabe con certeza de un caso, tiene la obligación inexcusable de ponerlo en conocimiento de la policía y los jueces sin dilación; mi cabo suelto es este: ¿y no tenía que hacer lo mismo la víctima antes, incluso, de hacérselo saber al superior jerárquico del clérigo? Quiero decir: si a mí me roba la cartera o la Visa un cura o un fraile, a quien primero se lo voy a contar es a la policía; y si es mi hijo menor de edad el que es objeto del atraco, voy inmediatamente a la comisaría con él para formalizar la denuncia. No se me alcanza por qué, además de exigir responsabilidades a la jerarquía de la iglesia por pretender ventilar sólo "ad intra" estos temas, no se denuncia el desenfoque que yo creo apreciar en la actitud de los interesados o de sus padres o tutores. Me da la impresión que ambas instancias sufre un mismo síndrome: el de la paralización y confusión mentales producido por el infinito bochorno de los delitos en cuestión.
Otro cabo: sin pretender rebajar la responsabilidad que puedan tener los jerarcas eclesiales en la gestión de los casos, que fundamentalmente consiste, a mi juicio, en la torpeza de confundir los planos penal (ámbito judicial civil) y moral (ámbito religioso-eclesial), me parece que no se está destacando suficientemente la dificultad intrínseca de hacer un discernimiento correcto de muchos de los casos que resultaron ser ciertos, pero cuya veracidad sólo se pudo sustanciar después de una dolorosísima investigación. A este respecto, el caso del cardenal Bernardin, antiguo arzobispo de Chicago, un hombre de Dios -es decir, un santo- a quien un malvado antiguo monaguillo le acusó de estas infamias. La acusación parecía solvente, y la prensa, lógicamente, la airéo creándole al santo cardenal una situación de tal sufrimiento que le provocó un cáncer del que terminaría muriendo. Cuando el mal ya estaba hecho, el malvado gilipollas y estúpido ex-monaguillo reconoció su infamia; era ya demasiado tarde. ¿Fue procesado y encarcelado el siniestro farsante? No lo puedo asegurar, pero creo que no. Pues bien, aunque no se una eximente, la dificultad del discernimiento y el miedo a un falso testimonio que convertiría en difamación irreversible una falsa acusación, estoy convencido que atenúan en muchos de estos casos la torpeza de los que -aunque nunca encubrieran ni disimularan los delitos- los gestionaron equivocadamente desde el secretismo que creían benefactor para todos, y no desde la debida transparencia.

martes, 13 de abril de 2010

sabana santa: icono o algo más

Creo que en este mes de mayo que comienza mañana se clausura el período dedicado este año a la ostensión de la Sábana Santa en Turin. Si no recuerdo mal, el domingo día 2 viajará el Papa a Turin para visitarla. Desde la innauguración de la mostración, están siendo miles las personas que han querido contemplarla en vivo y en directo.
No me extraña nada este interés. Además de la afición y atracción que la mayoría de los mortales sentimos por lo enigmático -y la Sta. Sábana lo es en sumo grado- en este caso ese atractivo se ve redoblado al tener como protagonista a una figura sin duda fascinante pero cuya identidad última sólo se desvela en el claro-oscuro de la fe. Esto último que digo es esencial si queremos poner estas cosas en su sitio. La Síndone, caso de que fuera auténtica (cuestión que tratan de dilucidar científicos de todas las tendencias y todos los credos), no constituiría ninguna prueba o demostración de nada sobre la identidad última del hombre Jesús; eso sí, sería una hermosa provocación.
Y, caso de que no pasara la prueba de la autenticidad , no dejaría de ser, en frase muy feliz de Juan Pablo II, algo así como un icono: un signo que orienta la mirada y el espíritu hacia algo que no es él, pero que queda sublimemente evocado por él: un pequeño cuasi-sacramento de esa presencia misteriosa de lo Otro en nuestro mundo.

domingo, 11 de abril de 2010

ir a misa

A lo mejor no son muchos los que, cuando planifican un viaje a Paris, hacen un hueco en la agenda para ir, a poder ser cada día, a misa. No pretendo darmelas de original, pero, desde hace ya bastantes años, siempre que paso unos días en Paris, reservo las seis de la tarde para acercarme a San Gervasio (justo detrás de Hotel de Ville) y unirme allí a una comunidad de de personas que celebran con los miembros (y "miembras", naturalmente) de las Fraternidades monásticas de Jerusalem una misa que a uno le deja la impresión de que, no siendo nada de particular, ofrece la autenticidad litúrgica que en otros muchos sitios (¿la mayoría?) se echa de menos. A mis amigos que van a Paris, les suelo recomendar que, a poco que puedan, se acerquen; hasta ahora todos me han agradecido la sugerencia y me han comentado que la participación en el culto de San Gervasio les ha resultado impactante. ¿Y qué tiene esa liturgia?, se preguntará el lector de mi ventana. Pues realmente, nada. Y ese es el núcleo de mi reflexión. La comunidad de "monjes en medio de la ciudad" (que así se subtitulan las FMJ) no hacen misas de "arte y ensayo" como les gustaba hacer a los progres de después del Concilio que nos sorprendían cada día con una ocurrencia más extravagante. Simplemente, celebran el culto creyendo en lo que hacen: esta es para mi la clave. Cuando la celebración de la eucaristía es realmente el centro de la vida de fe de una comunidad, empiezan a ocurrir cosas "raras": se acaban las prisas, se pierde el miedo a una expresión corporal sobria, sencilla y significativa; se cuida con mimo el canto; se valora el silencio y, sin delirios de creatividad, se termina compartiendo un momento de intensidad religiosa en el que el protagonista es Dios y nadie más; el Dios buscado y por fin encontrado en la sencillez de un espacio y de un tiempo que, manejados desde el convencionalismo, hace tiempo que dejaron de hablar. Pues eso: Paris bien vale una misa...desde luego si es en San Gervasio.

sábado, 10 de abril de 2010

Acabo de llegar de Paris. He estado cinco días haciendo cosas: ver libros y librerías; visitar algunos centros académicos de mi interés para ponerme al día sobre sus programaciones, innovaciones, acentuaciones programáticas, etc. He paseado, lo que, sobre todo en París, es algo más que un ejercicio físico, porque el movimiento por sus calles y avenidas, la percepción de su luz, la llamativa velocidad de sus nativos que se mueven como si fueran a perder el último tren de metro, y esa sempiterna sensación de una grandeur que quiere disimular a toda costa las bolsas de ordinariez y cutredad típicas de la ciudad, moldean al visitante que queda atrapado desde el primer día en una especie de entrañable tiovivo del que nunca se quiere bajar y al que, sin embargo, lamenta haber subido. Pero lo que más me interesaba de Paris, esta vez como siempre que voy (lo mismo me pasa, en general, con Francia, tan adorable como impertinente), era volver a encontrarme con la iglesia; me refiero a la iglesia que abre sus puertas al viandante en sus numerosas parroquias u oratorios, y le ofrece, en una especie de "escaparate pastoral" inigualable, un sinfín de actividades y proyectos en forma de encuentros, talleres, peregrinaciones, sesiones de oración, grupos de catecumenado para los que empiezan y los que vuelven a empezar, etc., etc. He abierto mi ventana sobre este Paris católico en sus puestos reales de "oferta" indiscriminada. Las próximas entradas versarán sobre lo que he visto, y más específicamente, sobre lo que me ha parecido poder entrever.

domingo, 4 de abril de 2010

¿EL TIRO POR LA CULATA?

Asistimos desde hace algunos días, entre atónitos y divertidos, a pesar de lo grave y triste que es el asunto de fondo, a los grotescos amagos, cuando no explícitas amenazas,-coreadas con fruición por medios de prensa que rinden descarado vasallaje a sus lobbies-, proferidas por abogados con indudable vocación “garzonita”, es decir, de estrellato mediático y máximo crecimiento del caché, en el sentido de sentar en el banquillo nada menos que al Papa, bajo la acusación de encubrimiento de delitos de pederastia. Salvo algún necio que ha llegado a insinuar que la acusación contra BXVI podría sustanciarse como directamente de pederastia, la mayoría parece contentarse con acusarle de encubrimiento culpable, particularmente cuando era responsable en la Curia romana de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la fe.

El empeño por destruir (¡!) la figura del Papa al que se suman frotándose las manos medios como nuestro El Pais, resulta, a mi juicio, esclarecedor de la situación espiritual y cultural de nuestro Occidente: en efecto, hemos llegado a ver, por ejemplo, con toda naturalidad la perfecta compatibilidad que puede (¿debe?) existir entre blandir el dedo acusador contra la pederastia (especialmente cuando la practican clérigos)y utilizar el mismo dedo y la misma mano para sancionar una ley que consagra como un derecho más, la destrucción, mediante el aborto, de fetos de hasta 14 semanas.

En este clima, se comprende que la voz de cualquier Papa, o, más en general, de cualquier dirigente humanista o religioso de alcance mundial, resulte incómoda. Pero es que BXVI no es un dirigente cualquiera; es, probablemente, el único intelectual de prestigio que queda en Occidente. La única cabeza –como solemos decir- suficientemente bien amueblada. Lo que dice Benedicto, por más que para él nazca de, y sea congruente con su propia fe, es perfectamente de recibo para cualquier mente pensante que no haya sido definitivamente infectada por los virus propios de nuestra época, y más concretamente, por los del relativismo y la trivialidad.

A esta luz, se comprende perfectamente la urgencia por destruir al incómodo mensajero que tiene la desfachatez de seguir hablando de Dios cuando ya todos lo daban por muerto; que denuncia las falacias de los progresismos huecos; que recuerda verdades que nunca tendrán fecha de caducidad. Y que lo hace todo ello sin aparato mediático espectacular; sin carisma de masas; sin búsqueda del aplauso fácil. Fracasaron cuando aquel perro de presa de sus delirios apareció vestido de blanco y nadie le vio dar ningún mordisco. Esta estúpida farsa que lamentablemente no carece de palmeros dentro de la propia iglesia, requeriría un poco más de decisión por parte de los que creemos en la razón y menospreciamos los prejuicios; de los que creemos en la justicia y rechazamos la venganza. De los que pretendemos ser decentes: lo que no nos impide reconocer nuestros errores, avergonzarnos de nuestros pecados y de los de nuestros hermanos, por más que sean –como lo son- abominables; cargar entristecidos con ellos porque sabemos que, al fin y al cabo, son pecados cometidos por hermanos nuestros cuyo último repliegue psíquico sólo Dios conoce.

Por mi parte, he decidido, en esto y en otras muchas cosas, optar por un cierto descaro, un plantar cara, un no dejarme avasallar que, manteniendo la cordialidad, y un discurso intelectualmente sólido, pueda afirmar sin arrogancia pero también sin lacrimógena pusilanimidad que mi familia –la Iglesia- goza de buena salud a pesar de los achaques propios de su edad.

Todo lo anterior viene a cuento de los párrafos finales de un reportaje que publica hoy, jueves santo del 2010, El Pais en el que el autor sigue dando vueltas al tema del posible procesamiento del Papa. Esos dos párrafos que ahora transcribo me han dado pie a la pregunta con que titulo mi glosa. Y para ser consecuente con lo que acabo de decir, responderé sin ambages: sí les saldrá el tiro por la culata. Es lo que deseo y a ello pienso contribuir en lo que pueda, modestamente y con toda cordialidad.

Federico de Carlos

Este caso es el primero en que la Justicia de EE UU intenta establecer si las víctimas pueden llevar a juicio directamente al Vaticano. "Es una idiotez", comenta Filippo di Giacomo, sacerdote y experto en derecho canónico. "La Iglesia no es una multinacional tabacalera. No se puede acusar al Santo Padre por delitos de algunos curas. Nosotros no somos sus empleados, y él no puede ser responsable en cargos particulares. Cada obispo controla su diócesis".

"Si la jurisprudencia norteamericana considera al Santo Padre responsable por unos curas que abusaron de niños en 1962, entonces el Tribunal Vaticano podría llamar a juicio a la Casa Blanca por el asesinado del arzobispo de San Salvador, Óscar Romero, asesinado en 1980 por su lucha en contra de la dictadura que EE UU impuso en aquel país. A ver si viene Obama a declarar aquí".

El Pais, 1 de Abril de 2010


Empezando

Los que no somos profesionales de la escritura, y, aunque no se nos de mal del todo este menester, estamos dotados de una difusa y confortable pereza, hasta que ha llegado esta nueva era de los blogs, no escribíamos casi nunca por dos razones, o tres: sabedores de nuestra genética literaria tan perezosa, los promotores no nos tenían en su lista, porque temían que -vanidosos- les dijéramos sí de entrada para no estar nunca en el plazo convenido. Por otra parte, propria sponte nosostros nunca o casi nunca nos lanzábamos a la tarea; pensábamos: ¿para qué? Económicamente, ni un duro; lectores, cero. Y además, al menor descuido, la gracia te podía, incluso, costar una pasta.
Ahora, todo se ha vuelto distinto. Montas un blog gratis total; escribes lo que te da la gana sin tener que soportar censuras malintencionadas ni de los contenidoa, ni del estilo literario; y para colmo, de repente, vas, miras y resulta que hay alguien en China, o en Islandia que a quien entusiasman tus enfoques de las cosas, tu visisón del mundo...y hasta elogia tu perfil sumamente interesado en conocer tus aficiones literarias y de otro tipo.
Por eso empiezo yo mi Blog Ventana Indiscreta. La pereza esa cuasi-genética no la tengo curada del todo, pero me divierte que me puedan leer en Japon o, algo más cerca, en una peluquería de señora de Vigo en la que han puesto WiFi.
El título no necesita explicación: he abierto una ventana que, como todas, va a ser indiscreta, dándole aquí a ese adjetivo la connotación de libre, desinhibida, a veces irónica y hasta mordaz. Una característica será -y creo que le dará cierta originalidad- que mi ventana da a un patio muy singular: el patio grande, plural, confuso, divertido, pero lleno de una seriedad última y de una inequívoca provocación, digamos, existencial: es el patio del inmenso hogar cristiano; el patio de la Iglesia y de las iglesias; de las religiones. El patio de los buscadores de Dios y de los que han optado por desentenderse de Él, o, incluso, de detestarle después de haberle desauciado.
Iré conyemplando el panorama con preocupación, pero sin perder la paz; al margen de cotilleos, pero sacando punta a informaciones de primera mano que sean de calado. Quiero que haya un poco de todo, pero siempre con solvencia, respeto, buen humor, aunque también -porqué no- sin negarme a la contundencia que tanto desahoga y relaja.
Pensaré lo que diga y diré siempre lo que piense. Espero estar en una magnífica compañía: la de aquellos a los que os interese mi ventana.

CITA MÁS QUE OPORTUNA

PERTENECER A LA IGLESIA LLEVA CONSIGO ACEPTAR LA COMPAÑÍA DE CANALLAS, DE GENTE BELICOSA, DE FARSANTES, PEDERASTAS, ASESINOS, ADÚLTEROS, E HIPÓCRITAS DE TODO TIPO.

AHORA BIEN, EN LA IGLESIA TAMBIÉN ESTÁS SIEMPRE ACOMPAÑADO POR LOS SANTOS, Y EN ELLA TE IDENTIFICAS CON LAS PERSONAS MÁS SUBLIMES: GENTE LLENA DE UN ESPÍRITU HEROICO Y DE UN ALMA TAN BELLA COMO ÚNICA. LA IGLESIA TE ACERCA ADEMÁS A LO MEJORCITO DE TODOS LOS TIEMPOS, DE TODAS LAS NACIONES, DE TODAS LAS RAZAS, Y DE TODOS LOS GÉNEROS.

PERTENECER A LA IGLESIA SUPONE CARGAR CON LAS MARCAS, TANTO DEL PECADO MÁS ABOMINABLE, COMO DEL HEROÍSMO ESPIRITUAL MÁS SUBLIME, YA QUE LA IGLESIA SIGUE MOSTRANDO LA MISMA IMAGEN QUE NOS OFRECIÓ YA DESDE EL COMIENZO: EN LA CRUCIFIXIÓN, DIOS COLGADO ENTRE DELINCUENTES.

RONALD ROLHEISER, “THE HOLY LONGING”