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viernes, 16 de abril de 2010

El Papa cumple años y Hans Küng le "felicita"

El Papa BXVI cumple me parece que 84 años, y como su elección fue a los pocos días, el domingo o el lunes volverá a cumplir años, esta vez cinco, como obispo de Roma y pastor universal de la I.C. Como es natural todos estos días estarán llegando a su escritorio multitud de mensajes de felicitación. Más importante me parece que también estén llegando al despacho del Espíritu Santo millones de felicitaciones en forma de plegaria. No digo nada nuevo si afirmo que no lo tiene fácil. Y muchas veces pienso que podría haber enfocado su servicio como papa de una forma, digamos, más ahorrativa de disgustos y preocupaciones: bastaría con que hubiera prolongado con ciertos retoques el legado de JPII y se hubiera dedicado a predicar (cosa que hace como nadie), añadiendo como nota original ese par de libros sobre Jesús y las encíclicas, para que la mayor parte de los católicos hubieran comprendido que era un papa de transición que no quería complicarse ni complicarle a la Iglesia la vida a la espera del próximo sobre el que las quinielas y las apuestas resultarían más apasionantes que nunca. Pero no. BXVI ha cumplido con su obligación (la hipótesis anterior que he descrito le hubiera convertido en un mal papa y un pésimo cristiano), y con su estilo de tanta o más personalidad que el de JPII se ha dedicado a afrontar los problemas de la Iglesia, eso sí, tal como él los ve. Y no de la Iglesia de hoy o de pasado mañana, sino de la Iglesia de un futuro algo más distante. Si es verdad esto que digo, BXVI pasará a la historia como un papa con visión de futuro, como un pastor de altos vuelos históricos, y esto aun en el caso de que su "visión" terminara resultando equivocada.
Pues bien, a Hans Küng este papa no le gusta. Me precio de haber leido prácticamente toda la producción teológica de HK; y no me cuesta nada decir que en su conjunto me ha interesado mucho y me ha gustado notablemente. Hay, sin embargo, en el teólogo de Tubinga un no se qué de altanería, de prepotencia intelectual que, cuando la aplica -y lo hace cada día más- a los asuntos de la marcha y reforma de la Iglesia, le convierten en un tipo impertinente, lo cual no tiene por qué descalificar todo lo que dice y propone. Es una cuestión de "estilo cristiano": hay gente que desprende olor cristiano, evangélico, aunque luego su práctica del cristianismo y su enfoque de la fe disten de ser universalizables; y lo contrario también es cierto. A mi juicio, eso le pasa a Küng: lo que dice suele resultarme asumible, al menos como punto de partida para el debate; pero la arrogancia con que presenta sus reflexiones y propuestas me cansan infinitamente. Ahora y supongo que como tarjeta de felicitación, no se le ha ocurrido otra cosa que publicar una soflama dirigida a todos los obispos invitándoles a una auténtica rebelión contra el papa Ratzinger del que ya no se puede esperar nada porque -no se lo pierdan- ha desaprovechado todas y cada una de las oportunidades que tenía de haber reformado la Iglesia, naturalmente tal y como Küng cree debería reformarse. No se pierdan la carta. Y o la he leido en Rumors de Ángeles, blog prinipal de los contenidos en Religión Digital, página que me rece la pena conocer y frecuentar por su pluralidad, y por lo provocativas de algunas de sus entradas.

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