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miércoles, 29 de septiembre de 2010

Un buen día para reanudar el blog

Llevo bastantes días con este modesto blog abandonado. A veces, escribir con regularidad resulta más difícil de lo que uno se imagina cuando emprende una iniciativa de este tipo. Es verdad que ese vicio o pecado capital -la pereza, o, si se prefiere, su versión algo light, la desgana- tiene un protagonismo indudable como factor causante, que resulta difícil de ocultar o, por lo menos, disimular; pero valga como descargo, decir que algunos menesteres inesperados se han aliado con la mencionada galvana y han dado como resultado este paréntesis que ahora lamento e intento explicaros y explicarme derramando unas cuantas -pocas- lágrimas (de cocodrilo...).
¿Y qué mejor día para romper la inacción que hoy, "dia D y hora H" en que este sufrido pais ha sido convocado a una huelga general sin pies ni cabeza, por unos mal llamados agentes y peor denominados sociales que, sin ningún tipo de escrúpulo, sin el más mínimo asomo de responsabilidad, quieren salir del armario de sus indecentes y crónicas vagancias para hacernos creer que están muy preocupados por la ciudadanía a la que se ofrecen como redentores?
Necesitamos nuevos profetas que vociferen sin miedo y zarandeen sin piedad a esta sociedad nuestra que disfruta cada día de su dosis de narcóticos bellamente envasados y se muestra incapaz de constituirse en "contra", incluso cuando una cuadrilla de incompetentes le ofrecen un lamentable placebo haciéndole creer que es la eficaz medicina que necesita.
En realidad, esos profetas los tenemos; están cada día en periódicos y emisoras, en cadenas de TV y, sobre todo, en la Red. Es cuestión de aprender a identificarlos correctamente para poder distinguirlos sin equívocos de los falsos profetas que, hoy como ayer, frecuentan los mismos foros, y hablan aparentemente el mismo lenguaje; algo les distingue, como ha pasado toda la vida: están a sueldo. Pues eso: "cherchez le patron".

domingo, 12 de septiembre de 2010

Más sobre los previos polémicos del viaje del Papa al Reino Unido

Me complace completar lo que escribí en el post anterior, con esta información que leo en el blog "La Iglesia en la prensa" del que ya me he hecho eco en alguna otra ocasión, y cuyas informaciones, siempre solventes y exquisitamente equilibradas, ayudan a situar correctamente el acontecer de la Iglesia en toda su universalidad, es decir, sin reducir "provincianamente" el horizonte de su andadura a batallitas entre tendencias ideológicas internas, como lamentablemente suele ser la tónica de los tratamientos mediáticos entre nosotros.

El Papa en Gran Bretaña: la protesta pierde gas (¿o nunca lo tuvo?)

A pesar del éxito de los grupos antagonistas para crear la sensación de que la opinión pública británica se opone al próximo viaje del Papa, parece que la impresión predominante es precisamente la contraria. No lo digo yo, sino que lo leo en The Church Mouse, un blog poco “papista”, pues está relacionado con la Iglesia anglicana (no queremos ser los “cheerleaders” del Papa, afirman, pero nos vemos obligados a señalar lo absurdo cuando lo vemos).

Según el relato del blog, los sondeos (Escocia yThe Tablet) no muestran en absoluto ese presunto “coro de protesta”. Así, las múltiples manifestaciones públicas anunciadas se están reduciendo drásticamente por falta de apoyo. Parece que habrá solo una, en Londres. Los promotores de la protesta no han conseguido involucrar a otros grupos, de modo que la lista de "supporters" se limita a un solo filón, las asociaciones relacionadas con la “National Secular Society” y la “British Humanist Association”. Tampoco cuajó la polémica a propósito de otro de los temas esgrimidos: el coste del viaje, que los opositores elevaron arbitrariamente a 100 millones de esterlinas, en vez de los 10-12 millones reales (de los que la Iglesia cubrirá una parte).

Da la impresión de que tampoco fue muy brillante la imagen de tolerancia que los promotores de la protesta ofrecieron durante un debate público sobre el viaje (foto). Según relatan el Catholic Herald y el blog Claz Coms, no faltaron los pitidos y abucheos, hasta el punto de que la propia revista New Humanist se pregunta si tal agresividad es la estrategia adecuada. Austen Ivereigh, de Catholic Voices, que fue uno de los que habló, subrayó después que a pesar de que nadie escuchaba era importante presentar y argumentar serenamente la razones de los católicos.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Inteligente y envidiable iniciativa

Alguna noticia había tenido de ello hace algunas semanas, pero ayer en La-Croix me encontré con un reportaje algo más amplio que me dio que pensar. Me refiero a una curiosa -e inteligente- iniciativa que ha tenido un grupo de católicos ingleses que ha puesto en marcha un programa de preparación intensiva de una serie de personas de ambos sexos -católicos todos, como es lógico- para hacer frente con "profesionalidad" y categoría a la desmedida (y, sobre todo, histérica) campaña de "descalificación preventiva" del Papa Benedicto en los previos a su visita al Reino Unido.
En efecto, una serie de grupos de campeones del respeto y la tolerancia, vienen uniendo sus fuerzas (con la inestimable ayuda de algunos católicos muy "concienciados") desde hace semanas para hacer saber a quien corresponda (es decir, a todo el mundo), mediante la utilización, sobre todo, de los medios de comunicación, que la visita de Benedicto XVI a su país constituye algo así como una deleznable provocación ante la que no cabe quedar indiferentes.
Una de las intoxicaciones que trascendió, por ejemplo, fue la eficaz insinuación (léase, la calumnia) de que la asistencia a los actos -incluídas las misas- sería previo pago del ticket correspondiente. Sin podérmelo creer, reconozco que yo mismo piqué ese anzuelo y manifesté mi estupor ante lo que me parecía un despropósito. Pero era mentira: una mentira más de estos grupos que reivindican a diario la sinceridad y transparencia como base de unas "ilustradas" relaciones sociales.
Pues bien, ese grupo de católicos al que me he referido, ha creído, con total acierto, que en una sociedad democrática todos los grupos -más si no son mayoritarios- tienen derecho a intervenir en la vida pública y a defenderse en caso de ser atacados, como es el caso de los católicos en esta circunstancia concreta.
Para ello han puesto en marcha un casting exigente en el que han seleccionado a una veintena de católicos de ambos sexos a los que han preparado rigurosamente para que respondan desde la solidez doctrinal y la competencia mediática a unos acusadores que hasta ahora campaban por sus respetos sin otra oposición que las bienentencionadas, pero casi siempre torpes o insuficientes, réplicas de "aficionados" -casi siempre clérigos- incapaces de estar a la altura profesional exigida para ser eficaces.
Bajo el título de "Catholic voices", ahí tenemos, pues, a unos católicos que sin arrogancia y con notable competencia y preparación saltan a la palestra para ejercer uno de los derechos democráticos por excelencia: el derecho de réplica. Sin complejos, pero insisto: con preparación y competencia; nada de aficionados de buena voluntad.
He aquí una nueva forma de apologética de la que nadie con las ideas mínimamente claras tendría por que avergonzarse porque hacer apologética, en palabras del gran maestro Paul Tillich, no es otra cosa que responder: responder desde las propias convicciones; un intento, diríamos, de obedecer al requerimiento del Nuevo Testamento: dar razón de la esperanza que nos anima.
Confieso que leyendo esta información he sentido envidia. Entre nosotros, no existe nada de esto que yo sepa, y lo que se ofrece con cierta similitud adolece de algunos vicios de raíz: un sectarismo de base que se pone inevitablemente a la altura de aquellos a quienes se intenta "responder": apologética barata cuando no infantil y muchas veces histérica.
La Iglesia no puede ni debe estar muda en la era de las comunicaciones. Pero si quiere hablar, debe hacerlo asumiendo la responsabilidad de una preparación exquisita que acabe para siempre con un amateurismo todavía más dañino que el siempre ominoso silencio.