Junto a este silencio, otra sorpresa es que esta “non profit” resulta bastante “profit”. Su “core business” es el aborto (practica 65 mil al año en Gran Bretaña). Sus ingresos ascienden a los cien millones de libras esterlinas al año (treinta de los cuales proceden de fondos públicos). No está claro cuántos trabajan voluntariamente. Sí se tienen datos de que uno de sus directivos recibe un sueldo anual de 210 mil libras, mientras que otros veintidós empleados llegan a las 60 mil (el sueldo medio en Gran Bretaña ronda las 25 mil libras). Es difícil verlo de otro modo: son dineros de la industria del aborto.
Resulta particularmente llamativo que esta institución enarbole la figura de un personaje -Marie Stopes- que teorizó el concepto de purificación de la raza, que era entusiasta del Tercer Reich y particularmente devota de Hitler, y que desheredó a su hijo porque se casó con una... miope. Decía hace un par de años Gerard Warner que “a Maria Stopes se le perdona su racismo eugenésico porque era anti-life”. Incluso el mítico servicio postal de su majestad le dedicó un sello. Suena todo muy raro, ¿no?"
Impresionante noticia. Tal vez alguno piense: no estamos tan mal. Lamentablemente habría que contestarle: al paso que vamos de cinismo autocomplaciente, todo se andará. Ojalá no.
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