lunes, 28 de junio de 2010
La Iglesia en el País Vasco: sigue el movimiento
sábado, 26 de junio de 2010
China: interesante mapa religioso
viernes, 25 de junio de 2010
Pederastia: se aleja la tormenta, pero se oyen truenos todavía
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de perdón por los abusos del clero
Me ha producido más desasosiego que extrañeza la noticia que se puede leer hoy en la prensa que informa de un registro policial en toda regla de las dependencias arzobispales de la archidiócesis de Malinas-Bruselas a la búsqueda de documentación o testimonios relacionados con denuncias de pederastia.Para terminar de “arreglarlo” veo que las pesquisas se han ampliado al propio domicilio del anterior arzobispo, el cardenal Daneels. Los despachos informativos añadían como detalle nada agradable un acordonamiento policial de los edificios.
Evidentemente, no hay nada que objetar en linea de principio a una intervención de este tipo realizada, sin duda, con todas las garantías judiciales. La Iglesia no tiene por qué tener ningún privilegio y debe ser considerada como una institución social más sometida al imperio de la ley. Nadie en su sano juicio dentro de la Iglesia reclama para ella excepciones de trato, cosa que, entre nosotros, no todos se creen, por lo que periódicamente se ven en la obligación de recordárselo con el estúpido y manido latiguillo de “tiene que encontrar su puesto en la democracia”.
No obstante lo dicho, es perfectamente legítimo que los que amamos a la Iglesia por sentirnos parte de ella, suframos la humillación que está suponiendo esta catarata de consecuencias, también cívicas, del desastre espiritual que implica el lamentable hecho de los casos de pederastia.
Me ha parecido que podría ser útil proporcionar a los lectores de este modesto blog, la reflexión publicada en Diario de Burgos por mi admirado amigo Joaquín Luis Ortega que une en su persona tres vectores existenciales que le convierten en un referente de calidad a la hora de afrontar temas como éste: su condición de sacerdote, de periodista y de doctor en historia.
Disfruten con su reflexión.
(Joaquín Luis Ortega, Diario de Burgos).-De pederastia y no de pedofilia. Las cosas serias hay que tratarlas con seriedad. Pedofilia es simplemente el amor a los niños, sin otra connotación. Pederastia es el abuso sexual con los niños y eso es ya harina de otro costal.
Con el paso de los días va remitiendo la intensa oleada de acusaciones de pederastia contra sacerdotes y religiosos católicos. Ahora que el terremoto amaina es el momento de hablar y hacer balance. Precisamente en estos días ha culminado en Roma el Año Santo dedicado por Benedicto XVI a los sacerdotes. Momento también de evaluar y clarificar la verdad y la densidad de la ‘pederastia eclesiástica', lastimosamente, tan traída y llevada.
Queda en pie que la pederastia ha tenido y tiene clientes eclesiásticos. Es algo tan execrable como real. Algo que repugna radicalmente con la condición sacerdotal. En lo que no existe tanta claridad es en las cifras. A lo largo de los múltiples debates abiertos -llenos algunos de equilibrio, y otros de mala saña- se ha clarificado que la pederastia afecta a un porcentaje exiguo del clero.
No cabe disculpa para tal pecado y delito, pero tampoco es correcto desorbitar el censo de los pecadores. Por otra parte se ha venido verificando que la piara de los pederastas está compuesta mayormente por casados y no por célibes. Quiere ello decir que no vale recurrir a la abolición del celibato para extirpar la pederastia, como han pretendido algunos eminentes teólogos. Si hay que hablar de la supresión del celibato, obligatorio para los clérigos católicos, será por otras razones. Pero no por las ahora propuestas.
La galerna de los abusos sexuales eclesiásticos ha arremetido con especial virulencia contra el papa Benedicto XVI que ha resistido las embestidas con responsabilidad, serenidad y firmeza. Benedicto XVI no ha ocultado ni edulcorado los desmanes. Ha exigido la dimisión incluso de obispos. Ha endurecido ya la vigente legislación canónica sobre estos temas. Ha escrito sobre lo ocurrido páginas que pasarán a la historia, como la dirigida a los católicos de Irlanda, del 19 de Marzo de 2010, escrita para ser leída y aplicada en todos los rincones de la Iglesia.
Por si fuera poco, el papa Ratzinger, en todos sus recientes viajes, ha reservado un tiempo para dialogar con víctimas de los abusos. Y además, ha reconocido, en diversos momentos de su estancia en Portugal, la existencia del pecado en el hoy de la Iglesia.
La Iglesia, por su parte, se ha apiñado en torno a Benedicto XVI, reconociendo en él al timonel sabio y sereno que ha sabido gobernar acertadamente la nave de la Iglesia en esta procelosa coyuntura.
Así las cosas, bien cabría decir que la «pederastia eclesiástica» ha quedado desenmascarada, ya que no vencida; la Iglesia se ha purificado de una escoria que la deshonra, y Benedicto XVI se ha visto confirmado por aclamación en su papel de pastor solícito y prudente de toda la Iglesia.
dón por los abusos el clero
miércoles, 23 de junio de 2010
Catacumbas: descubrimientos arqueológicos y más
He podido leer esta noticia en diversas páginas informativas especializadas (ésta, concretamente, la he encontrado en InfoCatólica), y confieso que me ha llenado de emoción.
Por una u otra razón, estamos asistiendo a un creciente interés no sólo de los especialistas, sino también del gran público, a propósito de todo lo que tiene que ver con los orígenes, y más concretamente, con la antigüedad cristiana en general. Este interés es, desde luego, perfectamente legítimo, pero además muy comprensible porque responde a una certera intuición: es en esos orígenes, en esa “primera fase” del desarrollo del cristianismo, donde nos es dado encontrar algo así como los fundamentos “fundantes” de lo que se irá desarrollando progresivamente en una complejísima evolución histórica hasta llegar a nosotros en el cristianismo que conocemos, y que -aquí empiezan los problemas- para unos es una torpe deformación de aquél idílico mundo primitivo, y para otros constituye sencillamente el resultado de una evolución inevitable que arroja como balance la ambigüedad de todo lo humano: luces y sombras.
No es el momento de pronunciarse sobre el debate que acabo de insinuar porque el género literario de un blog, por su propia naturaleza, impide entrar en cuestiones tan complejas como para exigir el espacio de, cuanto menos un artículo y no precisamente breve.
Sí me apetece, sin embargo, decir algo sobre las Catacumbas. Cualquiera que haya estado Roma, se habrá acercado a una u otra de las catacumbas que pueden visitarse en la Ciudad Eterna. La más habitualmente incluída en los circuitos turísticos es la llamada de San Calixto, pero no sería justo omitir la mención que merecen, a mi juicio, la de Priscila (me entusiasmó) y también la de Domitila (menos), sin olvidar que estas tres no son ni mucho menos las únicas visitables (interesante también San Sebastián), aunque sean, eso sí, las más famosas sin duda por méritos propios.
La primera vez que bajé a San Calixto experimenté un verdadero escalofrío espiritual; (escalofríos físicos son también posibles por cuestiones de contraste de temperatura). Estaba yo convencido de que me disponía a visitar los refugios de aquellos heroicos cristianos primitivos que encontraron en esos laberintos subterráneos refugio a la inevitable clandestinidad que les imponían sus perseguidores.
Ese sentimiento avivó en mí un notable espíritu de solidaridad con aquellos predecesores y, al mismo tiempo, una cierta sensación de vergüenza por el convencimiento de que ahora los cristianos no seríamos capaces de semejante valentía. Como se ve, aunque fuera inconscientemente, me apuntaba yo con estas elucubraciones a la tesis de los que mantienen que el cristianismo no ha hecho sino degradarse en su evolución histórica.
Poco tardé en despertar de mi “sueño dogmático” sobre las catacumbas, sueño compartido por un porcentaje altísimo de los que las visitaron entonces conmigo y siguen haciéndolo ahora bastantes años después. Un conjunto de buenas lecturas y la oportunidad de escuchar a magníficos estudiosos de la arqueología de la época y, más en general, de los orígenes del cristianismo, me hicieron ajustarme a la realidad, menos romántica, casi nada idílica, pero segura desde el punto de vista histórico y no desprovista de belleza a pesar de todo.
En efecto, ni refugios, ni clandestinidad, ni películas enternecedoras para avivar en nosotros el sueño del paraíso perdido: las catacumbas son básicamente necrópolis, es decir, cementerios de la época correspondiente (sobre todo, siglo IV), con todo lo que ello tiene de interés para el que tantos siglos después, puede acercarse y visitarlos en un estado de conservación realmente llamativo.
A partir de aquí, podemos adentrarnos en ellas desprovistos ya de ese “prejuicio” del que he hablado, tan conmovedor aunque falso, y caer en la cuenta, sin merma de auténtica emoción religiosa, de algo que con aquél esquema mítico de antes nos pasaba fácilmente desapercibido: el testimonio inequívoco que atraviesa todas estas necrópolis, expresado de una u otra forma en sus paredes y nichos de una convicción de aquellos predecesores nuestros en la fe, esta sí realmente subversiva entonces y ahora: que la muerte no tiene la última palabra porque Cristo ha resucitado.
lunes, 21 de junio de 2010
Ni cristianos ni socialistas:(más) tontos (que) útiles
"Querido Pepe. Te escribimos para manifestarte el apoyo y la solidaridad de Cristianos Socialistas en esta hora en la que tú, también tu familia, estáis siendo sometidos a una premeditada campaña de difamación que, sin prueba alguna, es claramente injustificable". Un movimiento que está siendo "alentado y amplificado por los labios engañosos de la ultraderecha católica que no puede aceptar que un cristiano sea socialista".
Este es el arranque de una carta que, según informan en Religión Digital, ha escrito el colectivo Cristianos Socialistas al presidente del Congreso José Bono para manifestarle su apoyo tras las informaciones que vienen poniendo en cuestión su transparencia a la hora de dar cuenta y justificar su variado y notable patrimonio.
Confieso que aún no me he repuesto después de leer semejante cúmulo de memeces que, a mi juicio, no hacen sino hundir definitivamente el “prestigio” de ese grupo, si es que alguna vez contó con él.
La relación cristianismo-socialismo siempre ha sido teóricamente problemática, tanto en el plano filosófico como en el operativo. No cabe duda, sin embargo, de que han existido y existen cristianos de honradez intelectual indiscutible y de praxis existencial incluso ejemplar que han defendido lo mejor de las tesis socialistas procurando vivir de acuerdo con lo que en ellas veían de más coherente con el mensaje cristiano. Pero curiosamente todos ellos se han manifestado siempre como absolutamente libres a la hora de la militancia, y en la mayoría de las ocasiones, fuertemente críticos con las encarnaciones históricas de los ideales socialistas en la realidad cotidiana de los partidos y organizaciones políticas de ese nombre.
Por eso, una toma de posición tan descarada como la de estos señores está llamada desde el principio a recoger el desprecio, no ya de esos cristianos ultraderechistas cuyo fantasma, por lo visto, les persigue, sino también el de militantes socialistas que, sin vinculación a cualquier confesión cristiana, están sufriendo desde hace unas fechas el bochorno de ver a un ilustre conmilitón puesto en la picota por informaciones no refutadas que presentan de él un rostro tan lejano del perfil socialista como de la imagen que cualquiera tiene del cristianismo.
Para ellos, según afirman en su grotesca misiva, José Bono sería "un político de talla cuyo compromiso socialista está inspirado por el cristianismo", además de "un político valiente que hace anuncio explícito de su fe en una sociedad y un ágora pública donde no está bien visto evocar a Dios".
Pero no acaban ahí los despropósitos. Para estos “hombres de síntesis” (cristianos Y socialistas) las críticas recibidas por el Presidente del Congreso sólo pueden obedecer a su audacia al presentarse públicamente como político socialista y hombre de fe, incomprendido, desde luego, por la Iglesia, y probablemente también por sectores de su partido. “Los de siempre” han pretendido desgastarle políticamente, minar su credibilidad con el evidente objetivo de tapar las tramas de corrupción en las que se ven envueltos (Gürtel, etc.).
No se arredran nuestros genios de la síntesis; siguen diciendo: "la ética pública exige al político ser transparente y saber separar verazmente el ejercicio del cargo público del negocio privado"; Bono "ha seguido un criterio de conducta moral ciertamente comprometido, y siempre dando un paso por delante", lo que queda demostrado, según ellos, por el hecho de que el personaje de referencia fue el primero en hacer públicas sus rentas y bienes en 1985.
"Es hora de reivindicar ética en la vida pública, más tolerancia y menos envilecimiento. No todo está permitido para conquistar el poder", añade esta delirante nota, que, como no podía ser menos, concluye mostrando a Bono "nuestro apoyo y también nuestra oración. Como dice el salmista, Dios conoce verdaderamente el camino de los justos y detesta a los mentirosos. Él te sostiene".
Pues esperemos que al Altísimo no le pase su jefe de prensa esta mamarrachada, porque si no, tendrá que hacer divinos esfuerzos para no mandar a sus autores al mismísimo limbo de los tontos.
domingo, 20 de junio de 2010
Otro perfil -no menos auténtico- de Saramago
A muchos ha sorprendido, y quizás disgustado, que al día siguiente de la muerte del escritor José Saramago, el periódico vinculado estrechamente a la Santa Sede, L’Osservatore Romano, haya publicado un duro y contundente obituario sobre el Premio Nobel, casi tan conocido por su literatura como por su animadversión a la religión en general y al catolicismo en particular.
"La omnipotencia (presunta) del narrador" es el título del suelto que firma Claudio Toscani en el que repasa la vida del que fue galardonado con el más prestigioso premio literario del mundo el año 1998. He aquí algunos párrafos significativos de su comentario:
"Fue un hombre y un intelectual sin fuste ni dimensión metafísica, anclado hasta el final en una proterva confianza en el materialismo histórico, alias marxismo".
"Colocado lúcidamente en la parte de la cizaña en el evangélico campo de grano, se declaraba insomne por el solo pensamiento de las Cruzadas o de la Inquisición, olvidando, sin embargo, el recuerdo del 'Gulag', de las purgas, de los genocidios, de los 'Samizdat' culturales y religiosos".
El texto repasa la producción literaria del portugués, analizando también su novela "El Evangelio según Jesucristo" (1991), una obra "irreverente", dice, que supone un "desafío a la memoria del Cristianismo, de la que no se sabe qué salvar".
"Por lo que respecta a la religión, atada como ha estado siempre su mente por una desestabilizadora intención de hacer banal lo sagrado, y por un materialismo libertario que cuanto más avanzaba en los años más se radicalizaba, Saramago no se dejó nunca abandonar por una incómoda simplicidad teológica".
"Un populista extremista como él, que se había hecho cargo del porqué del mal en el mundo, debería haber abordado en primer lugar el problema de todas las erróneas estructuras humanas, desde las histórico-políticas a las socio-económicas, en vez de saltarlas tratando de situarse en el plano metafísico".
Finalmente, se puede leer en el artículo de L'Osservatore Romano que estoy extractando que Saramago no debería haber "inculpado, incluso demasiado cómodamente y lejos de cualquier otra consideración, a un Dios en el que nunca había creído, por la vía de su omnipotencia, de su omniscencia, de su omniclarividencia".
Nunca me cayó bien el personaje: De su literatura no hablo porque ni soy especialista ni conozco su producción como para poderlo hacer, pero reconozco que ese rictus permanente de desagrado frente a un mundo contemplado siempre a través del prisma desenfocado de la descalificación de la religión y del cristianismo, se me antojaba entre pueril y desagradable; pero sobre todo, estéril y nada revolucionario. De su militancia marxista y atea sólo diré que me asombraba por lo que yo intuía un simplismo impropio de un intelectual.
O sea: que coincido bastante con Claudio Toscani, y agradezco y admiro su valentía para ir contracorriente de los botafumeiros que estos días no paran de incensar al personaje, señalando verdades muy sencillas pero que a muchos se les atragantan sorprendentemente a pesar de su evidencia.
sábado, 19 de junio de 2010
La Masonería liberal española y la laicidad
jueves, 17 de junio de 2010
Más sobre COPE

"La COPE se deshace de quienes parecían los más directos beneficiarios de la salida de la misma de Jiménez Losantos y César Vidal. Quienes se habían prestado con regocijo a colaborar en la marcha de las dos figuras estrella de la emisora leo que no están muy satisfechos con el desenlace. Pasar de la tarde a las mañanas de los fines de semana o de ser el sustituto de Federico Jiménez Losantos a ocuparse del internet de la emisora no parece ni siquiera un premio de consolación. Si es cierto que están que bufan se entiende perfectamente. Yo pienso que no son Cristina López Schligting e Ignacio Villa los grandes responsables del hundimiento de la emisora aunque a ellos les hagan pagar los platos rotos. Que rompieron otros. Aunque ellos colaboraran y se regocijaran del estropicio. Y pretendieran beneficiarse de él. Que aquello iba a hundirse lo pronosticamos todos. Salvo los suicidas que abrían vías de agua debajo de la línea de flotación de la nave. Que naturalmente se hunde. Como era lógico esperar. Creo que la responsabilidad de la una y el otro en ello es escasa. Y distinta. Cristina va de católica, yo no tengo la menor duda de que lo es, y pudo creerse que a ella le afectaría poco la marcha de los dos encausados. Su programa sería el mismo y ella, desaparecidas las estrellas, podría quedar como la referencia de la cadena. Tal vez no midiera que la fuga de oyentes también le iba a afectar a ella porque quien se va enfadado no vuelve por la tarde a oírla. Ella también chupaba de los enganchados a la emisora por JL y CV. Su confesa militancia católica podría justificar su incomodidad ante que las referencias de la cadena fueran un agnóstico y un protestante, cosa en principio chocante, y si de su marcha además podía sacar beneficio propio, miel sobre hojuelas. Pero no fue capaz de prever que la marcha de aquellos hundía la emisora y que ella iba a ser una de las prendas a pagar por ese hundimiento. El caso de Ignacio Villa me parece distinto. Era un íntimo colaborador de JL y en su estilo. Hasta que vio que podía ocupar el puesto del visir. Entre que no lo hizo bien y que se le fueron los oyentes a raudales quedó imposible. La COPE los arroja ahora por la borda pero con eso no van a impedir el naufragio de la nave. Otros son quienes lo provocaron. Equivocándose en todo. Posiblemente desde el principio. JL y CV seguramente no eran las personas adecuadas para pilotar una emisora no sólo católica sino además episcopal. Una vez que se optó por ellos y habiendo llevado a la radio a unas cifras espectaculares sólo se podía prescindir de los mismos sustituyéndoles por quienes pudieran retener a los oyentes o recuperarlos tras una primera fuga. Relevo ciertamente muy difícil pero que evidentemente no eran Cristina e Ignacio Villa. Ahora, ante el hundimiento general, es muy fácil decirlo pero estaba cantado por todos salvo por unos ignorantes que no saben nada de comunicación. Y que son los grandes responsables del desastre. La Iglesia se queda sin voz en la radio, la perdió en la prensa y parece que quiere arruinar la que le queda en televisión. Y los causantes del estropicio son los únicos que se van a ir de rositas. No es justo. Y menos que puedan seguir haciendo desde su absoluta ignorancia más tropelías. Yo no voy a derramar una lágrima por Cristina López Slichting y por Ignacio Villa. Crudo lo tienen. No es fácil la situación general y menos si llegan con la vitola de fracasados. Si a mí mañana me nombraran entrenador del Real Madrid pudiera ser que cegado por el relumbrón del puesto y por sus emolumentos lo aceptara. Pero cuando el equipo estuviera en segunda regional más que pedirme responsabilidades a mí habría que pedírselas al retrasado mental que me nombró. Pues, más o menos."
Los sabios también "entienden" de fútbol
"Con su periodicidad de cuatro años, el Campeonato Mundial de Fútbol demuestra ser un acontecimiento que cautiva a cientos de millones de personas. No hay casi ningún otro acontecimiento en la tierra que alcance una repercusión de vastedad semejante. Lo que demuestra que con ello está tocándose algo radicalmente humano, y cabe preguntarse dónde se encuentra el fundamento de este poder en juego.
El pesimista dirá que es lo mismo que en la antigua Roma. La consigna de las masas rezaba panem et circenses, pan y circo. Pan y juegos son, mal que nos pese, el contenido vital de una sociedad decadente que no conoce ya objetivos más elevados. Pero aun cuando se aceptara este juicio, no sería en modo alguno suficiente.
Cabría preguntar todavía: ¿en qué estriba la fascinación del juego como para que llegue a ocupar un lugar de igual importancia que el pan? Con la vista puesta en la antigua Roma podría responderse de nuevo que el grito de pan y circo es propiamente la expresión del anhelo por la vida del paraíso, por una vida de satisfacción sin fatigas y de libertad plenamente realizada. En efecto, este es, en última instancia, el contenido del concepto de juego: un quehacer del todo libre, sin objetivo y sin obligación, y un quehacer que, además, tensa y emplea todas las fuerzas del ser humano."
Ya en el bachillerato, la pobre filosofía tiene que aguantar las protestas y los improperios de los alumnos más mediocres, azuzados casi siempre por sus muy comprensivos progenitores, que pretenden convencernos de que no vale para nada. Sin embargo, cuando tenemos la oportunidad de topar con un verdadero filósofo, nos damos cuenta de que la reflexión humana (esto es, la filosofía) cuando se practica adecuadamente, tiene la fuerza de iluminar hasta lo que, en principio, podría parecer más trivial, o, al menos, más periférico al ser humano.
martes, 15 de junio de 2010
Ley de libertad religiosa: tufo adolescente cargado de ignorancia
lunes, 14 de junio de 2010
A tiempos recios, testigos radicales
“Nuestra Iglesia, que durante estos años, sólo ha luchado por su propia subsistencia como si fuera una finalidad absoluta, es incapaz de erigirse ahora en portadora de la Palabra que ha de reconciliar y redimir a los hombres y al mundo. Por esta razón, las palabras antiguas han de marchitarse y enmudecer, y nuestra existencia de cristianos sólo tendrá en la actualidad dos aspectos: orar y hacer justicia entre los hombres. Todo el pensamiento, todas las palabras y toda la organización en el campo del cristianismo, han de renacer partiendo de esta oración y de esta actuación cristianas […] cada ensayo de dotarle (a nuestra Iglesia) prematuramente de un poder organizador acrecentado, no logrará sino demorar su conversión y purificación”.
Esto lo decía Bonhoeffer en tiempos todavía más difíciles que los nuestros, pero quizás no tan diferentes en el fondo; porque para el cristianismo y para la Iglesia, los tiempos siempre son recios porque exigen obedecer a Dios antes que a los hombres.
domingo, 13 de junio de 2010
Recovecos del nombramiento de un obispo
viernes, 11 de junio de 2010
Desprecian cuanto ignoran
miércoles, 9 de junio de 2010
Nazismo políticamente correcto trufado de suave cinismo
Junto a este silencio, otra sorpresa es que esta “non profit” resulta bastante “profit”. Su “core business” es el aborto (practica 65 mil al año en Gran Bretaña). Sus ingresos ascienden a los cien millones de libras esterlinas al año (treinta de los cuales proceden de fondos públicos). No está claro cuántos trabajan voluntariamente. Sí se tienen datos de que uno de sus directivos recibe un sueldo anual de 210 mil libras, mientras que otros veintidós empleados llegan a las 60 mil (el sueldo medio en Gran Bretaña ronda las 25 mil libras). Es difícil verlo de otro modo: son dineros de la industria del aborto.
Resulta particularmente llamativo que esta institución enarbole la figura de un personaje -Marie Stopes- que teorizó el concepto de purificación de la raza, que era entusiasta del Tercer Reich y particularmente devota de Hitler, y que desheredó a su hijo porque se casó con una... miope. Decía hace un par de años Gerard Warner que “a Maria Stopes se le perdona su racismo eugenésico porque era anti-life”. Incluso el mítico servicio postal de su majestad le dedicó un sello. Suena todo muy raro, ¿no?"
Impresionante noticia. Tal vez alguno piense: no estamos tan mal. Lamentablemente habría que contestarle: al paso que vamos de cinismo autocomplaciente, todo se andará. Ojalá no.
Honores militares: ridícula furia adolescente
martes, 8 de junio de 2010
La (¿funesta?) manía de fundar
lunes, 7 de junio de 2010
El Papa en Chipre: a ti te lo digo Juan...
"Pero ¿qué significa en términos prácticos respetar y promover la verdad moral en el mundo de la política y la diplomacia, en los planos nacional e internacional? ¿Cómo puede la búsqueda de la verdad lograr una mayor armonía en las regiones atribuladas de la Tierra? Yo sugeriría que se puede hacer de tres maneras.
En primer lugar, la promoción de la verdad moral significa actuar con responsabilidad sobre la base del conocimiento de los hechos. Como diplomáticos, sabéis por experiencia que ese conocimiento os ayuda a identificar las injusticias y agravios, a fin de examinar desapasionadamente las preocupaciones de todos los involucrados en un conflicto determinado. Cuando los partidos se elevan por encima de su propia visión particular de los acontecimientos, adquieren una visión objetiva y completa. Aquellos que son llamados a resolver estas disputas son capaces de tomar decisiones justas y promover la reconciliación genuina cuando captan y reconocen la plena verdad de una cuestión específica.
Una segunda manera de promover la verdad moral consiste en la deconstrucción de las ideologías políticas que quieren suplantar a la verdad. Las trágicas experiencias del siglo XX han puesto al descubierto la falta de humanidad que se deriva de la supresión de la verdad y la dignidad humana. En nuestros días, estamos siendo testigos de los intentos de promover supuestos valores con el pretexto de la paz, del desarrollo y de los derechos humanos. En este sentido, hablando ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, llamé la atención sobre los intentos de algunos sectores de reinterpretar la Declaración Universal de los Derechos Humanos para dar satisfacción a intereses particulares que podrían comprometer la unidad interna de la Declaración y alejarla de su propósito original.
En tercer lugar, la promoción de la verdad moral en la vida pública exige un esfuerzo constante en basar el derecho positivo en los principios éticos de la ley natural. El recurso a esta última fue una vez considerado evidente, pero la marea del positivismo en la teoría jurídica contemporánea requiere la actualización de este axioma importante. Los individuos, las comunidades y los Estados, sin la guía de verdades objetivamente morales, se convertirían en egoístas y sin escrúpulos, y el mundo sería un lugar más peligroso para vivir. Por otra parte, respetando los derechos las personas y pueblos, se protege y promueve la dignidad humana. Cuando las políticas que apoyamos se promulgan en armonía con la ley natural propia de nuestra humanidad común, nuestras acciones se vuelven más sólidas y conducen a un ambiente de comprensión, justicia y paz."